domingo, 30 de septiembre de 2018
Trolls...renovando pactos de "no agresión"
Desde octubre 2010, nuestro primer viaje a Stockholm (Suecia), periodicamente renovamos "Pacto de trolles"...
sábado, 29 de septiembre de 2018
Alzheimer: Basta de falsas esperanzas y erróneas prioridades./ No Gracias
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La demencia en general y el alzheimer en particular es una enfermedad terrible y muy prevalente entre nuestros ancianos.
Es desesperante observar como los seres más queridos, nuestros mayores, van perdiendo facultades, primero cognitivas y después físicas.
La enfermedad afecta a quien la sufre directamente, el paciente, pero también a quien cuida y atiende, es decir, a la familia.
El daño a los cuidadores no solo aparece en forma de problemas psicofísicos (ansiedad, depresión, dolores osteomusculares, etc..), sociofamiliares (aislamiento social, problemas de pareja y familiares etc..) o laborales (dificultad para conciliar actividad laboral y cuidados) sino también económicos (más de 31.000€ euros al año por término medio, asumidos en su mayor parte por la propia familia).
Por tanto, es un gigantesco problema socio-sanitario que está haciendo sufrir cada día a más de 6 millones de personas, entre enfermos y familiares. La dimensión es terrible: afecta al 7% de los mayores de 65 años y hasta al 50% de los de más de 80 años. Son 1,5 millones de enfermos. Estas cifras se van a duplicar en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población.
Ver:
En los últimos catorce años, solo tres medicamentos han sido aprobados para la enfermedad de Alzheimer; más de 100 nuevos medicamentos han sido suspendido en las fases de desarrollo debido a su ineficacia. Intentar desarrollar fármacos para la enfermedad de Alzheimer es hoy en día uno de los peores riesgos en los que puede incurrir una compañía farmacéutica y varias han anunciado que dejan la investigación en enfermedades neurodegenerativas. Está claro que el conocimiento básico de la enfermedad, la comprensión de los mecanismos fisiopatológicos implicados, falla. Es decir, la teoría que se está utilizando para diseñar los fármacos, la amiloide, es incorrecta o, cuanto menos, muy insuficiente.
Las compañías ya están pidiendo que se relajen los requisitos para a aprobación de nuevos fármacos. Quieren que la investigación y comercialización de los fármacos contra en alzheimer tenga el mismo paradigma que el del cáncer (licencias adaptativas y aprobaciones aceleradas). Sería un grave error. Ya hemos criticado en Nogracias las licencias adaptativas:
Basta de falsas esperanzas y de erróneas prioridades:
CONCLUSIONES
(1) La investigación contra el alzheimer no avanza debido a la complejidad de la enfermedad pero también a las limitaciones que el actual modelo de innovación establece a la cooperación y a la investigación de largo alcance.
(2) Rebajar los estándares científicos en la investigación contra el alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas solo producirá más medicamentos inútiles y más desperdicio económico. La solución no pasa por tener peor investigación sino mejor.
(3) Los gobiernos tienen la obligación de establecer un marco de innovación que supera las limitaciones del actual basado en la explotación comercial de la exclusiva que otorgan las patentes y que supone un claro freno a la cooperación y a la apuesta por el medio y largo plazo de las compañías. Además, se trata de una clara oportunidad para fomentar la investigación pública.
(4) Los gobiernos tienen la obligación de dejar de desperdiciar fondos en caros, inseguros e inútiles medicamentos y redirigir esos recursos a las intervenciones que se han mostrado efectivas y que son claramente sociales y de apoyo a los cuidados.
Gracias a NO gracias
Francia ha decidido desfinanciar los medicamentos contra la demencia.
España está desperdiciando un mínimo de 500 millones anuales en inútiles, inseguros y caros medicamentos contra la demencia y, en cambio, existe una exagerada carga (económica y vital) para las familias y cuidadoras.
Existe una importante crisis de innovación en este campo que la industria quiere solucionar disminuyendo las garantías científicas necesarias para introducir los nuevos medicamentos en el mercado.
Pero el ejemplo del cáncer pone en duda que este modelo sirva para algo más que producir ingentes ganancias económicas para las empresas.
Es el momento de cambiar el marco regulatorio de la innovación farmacológica en relación con las enfermedades neurodegenerativas, en particular, y las crónicas, en general.
Basta de falsas esperanzas y erróneas prioridades.
Basta de un modelo de innovación que va contra la innovación.
La demencia en general y el alzheimer en particular es una enfermedad terrible y muy prevalente entre nuestros ancianos.
Es desesperante observar como los seres más queridos, nuestros mayores, van perdiendo facultades, primero cognitivas y después físicas.
La enfermedad afecta a quien la sufre directamente, el paciente, pero también a quien cuida y atiende, es decir, a la familia.
El daño a los cuidadores no solo aparece en forma de problemas psicofísicos (ansiedad, depresión, dolores osteomusculares, etc..), sociofamiliares (aislamiento social, problemas de pareja y familiares etc..) o laborales (dificultad para conciliar actividad laboral y cuidados) sino también económicos (más de 31.000€ euros al año por término medio, asumidos en su mayor parte por la propia familia).
Por tanto, es un gigantesco problema socio-sanitario que está haciendo sufrir cada día a más de 6 millones de personas, entre enfermos y familiares. La dimensión es terrible: afecta al 7% de los mayores de 65 años y hasta al 50% de los de más de 80 años. Son 1,5 millones de enfermos. Estas cifras se van a duplicar en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población.
Ver:
Más de 85 medicamentos para el Alzheimer...
Pfizer "se olvida" del Alzheimer...
Alzheimer: Unos que vienen, Pfizer que se vá. La I+D sigue igual...
En los últimos catorce años, solo tres medicamentos han sido aprobados para la enfermedad de Alzheimer; más de 100 nuevos medicamentos han sido suspendido en las fases de desarrollo debido a su ineficacia. Intentar desarrollar fármacos para la enfermedad de Alzheimer es hoy en día uno de los peores riesgos en los que puede incurrir una compañía farmacéutica y varias han anunciado que dejan la investigación en enfermedades neurodegenerativas. Está claro que el conocimiento básico de la enfermedad, la comprensión de los mecanismos fisiopatológicos implicados, falla. Es decir, la teoría que se está utilizando para diseñar los fármacos, la amiloide, es incorrecta o, cuanto menos, muy insuficiente.
Las compañías ya están pidiendo que se relajen los requisitos para a aprobación de nuevos fármacos. Quieren que la investigación y comercialización de los fármacos contra en alzheimer tenga el mismo paradigma que el del cáncer (licencias adaptativas y aprobaciones aceleradas). Sería un grave error. Ya hemos criticado en Nogracias las licencias adaptativas:
“Se busca “un acceso temprano” y rápido para los nuevos tratamientos, con menos inversiones económicas, con la finalidad de asegurar unos mayores ingresos para la industria farmacéutica: más predecibles y más seguros.
Unos ensayos clínicos más cortos, menos fiables, con menos participantes y más baratos.
Se trata de un intento de generalizar un modelo “bajo coste” mediante aprobaciones “prematuras” para los nuevos medicamentos, modificando a la baja las ya débiles exigencias de evidencias empírico-experimentales y de control externo del actual sistema de evaluación de los nuevos productos biomédicos.”(...)
Unos ensayos clínicos más cortos, menos fiables, con menos participantes y más baratos.
Se trata de un intento de generalizar un modelo “bajo coste” mediante aprobaciones “prematuras” para los nuevos medicamentos, modificando a la baja las ya débiles exigencias de evidencias empírico-experimentales y de control externo del actual sistema de evaluación de los nuevos productos biomédicos.”(...)
Ninguno de los medicamentos disponibles en 2018 ofrece ninguna mejora duradera.
Estas drogas excluidas incluso aceleran la muerte en algunos casos.
Es justo que se des-financien.
Es justo que se des-financien.
El siguiente paso lógico sería retirarlos del mercado en Francia y en toda Europa.”
Basta de falsas esperanzas y de erróneas prioridades:
“Estos pacientes y sus cuidadores necesitan principalmente asistencia práctica y apoyo, no medicamentos: ayuda práctica con las tareas diarias, actividades de estimulación cognitiva para los pacientes, apoyo psicológico para los cuidadores, descanso temporal o duradero para los miembros de la familia.
Lo menos que la sociedad puede hacer ahora es utilizar el dinero que se desperdiciaba anteriormente en el reembolso de estos medicamentos para financiar iniciativas de este tipo.”
CONCLUSIONES
(1) La investigación contra el alzheimer no avanza debido a la complejidad de la enfermedad pero también a las limitaciones que el actual modelo de innovación establece a la cooperación y a la investigación de largo alcance.
(2) Rebajar los estándares científicos en la investigación contra el alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas solo producirá más medicamentos inútiles y más desperdicio económico. La solución no pasa por tener peor investigación sino mejor.
(3) Los gobiernos tienen la obligación de establecer un marco de innovación que supera las limitaciones del actual basado en la explotación comercial de la exclusiva que otorgan las patentes y que supone un claro freno a la cooperación y a la apuesta por el medio y largo plazo de las compañías. Además, se trata de una clara oportunidad para fomentar la investigación pública.
(4) Los gobiernos tienen la obligación de dejar de desperdiciar fondos en caros, inseguros e inútiles medicamentos y redirigir esos recursos a las intervenciones que se han mostrado efectivas y que son claramente sociales y de apoyo a los cuidados.
Gracias a NO gracias
viernes, 28 de septiembre de 2018
Ratón de biblioteca: Laughing Gas, Viagra, and Lipitor: The Human Stories Behind the Drugs We Use / Jie Jack Li
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The stories behind drug discovery are fascinating, full of human and scientific interest. This is a book on the history of drug discovery that highlights the intellectual splendor of discoverers as well as the human frailty associated them. History is replete with examples of breakthrough medicines that have saved millions of lives.
Ether as an anesthetic by Morton; penicillin as an antibiotic by Fleming; and insulin as an anti-diabetic by Banting are just a few examples. The discoverers of these medicines are doubtlessly benefactors to mankind for instance, without penicillin, 75% of us probably would not be alive because some of our parents or grandparents would have succumbed to infections.
Dr. Jack Li, a medicinal chemist who is intimately involved with drug discovery, has assembled an astounding amount of facts and information behind important drugs through extensive literature research and interviews with many inventors of the drugs including Viagra and Lipitor. There have been many myths and inaccuracies associated with those legendary drugs. The inventors perspectives afforded this book an invaluable accuracy and insight because history is not history unless it is true.
The text is supplemented by many anecdotes, pictures and postage stamps. Both specialist and layman will find Laughing Gas, Viagra, and Lipitor informative and entertaining. Students in chemistry, pharmacy, and medicine, workers in healthcare and high school science teachers will find this book most useful.
Descargar
Features
Any person interested in understanding the history of medical progress and the way in which many of the most important medi- cines came into existence will be well rewarded by reading this latest book by Jie Jack Li, one of the most prolific and interesting authors in the field of molecular medicine and chemistry. And if that person happened to be aiming for or beginning a career in medicinal discovery, he or she would gain even more by so doing. The many case histories within this book contain a large number of valuable take-home lessons and extraordinary insights that have emerged from a spectrum of research over many years in medicinal science, or what can now be called molecular medicine. These stories reveal not only the complexity, unpredictability, and chal- lenges of the discovery process but also the intellectual and human quali- ties upon which success depended. I found this to be a most inspiring, engaging, and broadening reading experience, and I cannot imagine that this sense of reward would not be shared by most individuals who want to know more about health sciences, creativity, discovery, and just plain luck (good and bad)
E. J. Corey June 2005 Cambridge, Massachusetts.
The stories behind drug discovery are fascinating, full of human and scientific interest. This is a book on the history of drug discovery that highlights the intellectual splendor of discoverers as well as the human frailty associated them. History is replete with examples of breakthrough medicines that have saved millions of lives.
Ether as an anesthetic by Morton; penicillin as an antibiotic by Fleming; and insulin as an anti-diabetic by Banting are just a few examples. The discoverers of these medicines are doubtlessly benefactors to mankind for instance, without penicillin, 75% of us probably would not be alive because some of our parents or grandparents would have succumbed to infections.
Dr. Jack Li, a medicinal chemist who is intimately involved with drug discovery, has assembled an astounding amount of facts and information behind important drugs through extensive literature research and interviews with many inventors of the drugs including Viagra and Lipitor. There have been many myths and inaccuracies associated with those legendary drugs. The inventors perspectives afforded this book an invaluable accuracy and insight because history is not history unless it is true.
The text is supplemented by many anecdotes, pictures and postage stamps. Both specialist and layman will find Laughing Gas, Viagra, and Lipitor informative and entertaining. Students in chemistry, pharmacy, and medicine, workers in healthcare and high school science teachers will find this book most useful.
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Features
- * Provides a convenient summary of some of the major advances in pharmaceuticals
- * Provides new insight into the human side of science, including the role of luck and persistence
- * Exposes the myths and inaccuracies associated with famous, popular drugs such as Lipitor and Viagra Includes engaging anecdotes and many color illustrations (Más)
Any person interested in understanding the history of medical progress and the way in which many of the most important medi- cines came into existence will be well rewarded by reading this latest book by Jie Jack Li, one of the most prolific and interesting authors in the field of molecular medicine and chemistry. And if that person happened to be aiming for or beginning a career in medicinal discovery, he or she would gain even more by so doing. The many case histories within this book contain a large number of valuable take-home lessons and extraordinary insights that have emerged from a spectrum of research over many years in medicinal science, or what can now be called molecular medicine. These stories reveal not only the complexity, unpredictability, and chal- lenges of the discovery process but also the intellectual and human quali- ties upon which success depended. I found this to be a most inspiring, engaging, and broadening reading experience, and I cannot imagine that this sense of reward would not be shared by most individuals who want to know more about health sciences, creativity, discovery, and just plain luck (good and bad)
E. J. Corey June 2005 Cambridge, Massachusetts.
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Juán Abelló regresa...con Linneo Health SL
.
Tras venderle su monopolio del opio, Alcaliber, el magnate crea junto al fondo británico GHO la sociedad Linneo Health, de la que su firma de inversiones, Torreal, controla un 40%
El 60% restante pertenece a Alcaliber, vendido este año por Torreal y Sanofi a ese fondo londinense y propietario de la licencia para cultivar y comercializar la planta
El fondo londinense, especializado en el sector sanitario, controla Alcaliber a través de una firma radicada en el paraíso fiscal de Islas Caimán
Torreal, la firma de inversiones del multimillonario Juan Abelló, y el fondo británico GHO, nuevo propietario de Alcaliber (dueña del monopolio del opio en España y controlada por Abelló hasta hace unos meses), han unido fuerzas para cultivar y comercializar cannabis en España y poner en valor la licencia que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) concedió en octubre de 2016 a Alcaliber para llevar a cabo esta actividad.
Torreal y GHO han constituido Linneo Health, SL, una sociedad con domicilio en el número 27 de la calle Génova de Madrid (donde está la sede de Alcaliber), que comenzó sus operaciones el pasado 27 de julio y tiene como objeto social:
"la realización, tanto en España como en el Extranjero, de las actividades de cultivo, producción, fabricación, importación, exportación, distribución y comercio de cannabis y sus productos para fines médicos y científicos, así como la investigación ligada al desarrollo de estas actividades", según el Registro Mercantil.(...)
Alcaliber fue la primera empresa española que, en octubre de 2016, logró licencia de la Agencia del Medicamento para el cultivo, producción, fabricación, importación, exportación, distribución y comercialización de cannabis. Un año después, firmó un acuerdo de suministro con la canadiense Canopy Growth (la mayor compañía del sector en el mundo) para cultivar sus semillas en España.
En Portugal, otra firma canadiense del sector, Tilray (que desde que salió a Bolsa en julio pasado ha llegado a multiplicar por nueve su valor), va a invertir 20 millones en la macroplantación que pondrá en marcha cerca de Coimbra, al norte del país, según publicó el pasado fin de semana Jornal de Negòcios (Empresa de canábis mais valiosa do mundo produz em Portugal e já vê futuro de 100 mil milhões).(Más)
Ver:
SANDOZ con Tilray (pioneros) y la marijuana "no cumbustible"
Tras venderle su monopolio del opio, Alcaliber, el magnate crea junto al fondo británico GHO la sociedad Linneo Health, de la que su firma de inversiones, Torreal, controla un 40%
1973
Se constituye Alcaliber, S.A. con el objetivo de garantizar el abastecimiento de Materias Primas Estupefacientes mediante el cultivo en España de la adormidera (Papaver somniferum) y su posterior transformación en Concentrado de Paja de Adormidera, así como la extracción de sus alcaloides.
Ver:
El empresario Juan Abelló entra en el negocio del cánnabis medicinal
Juan Abelló pone en venta la joya de la corona de la familia: Alcaliber (40% de Sanofi)
El empresario Juan Abelló entra en el negocio del cánnabis medicinal
Juan Abelló pone en venta la joya de la corona de la familia: Alcaliber (40% de Sanofi)
El 60% restante pertenece a Alcaliber, vendido este año por Torreal y Sanofi a ese fondo londinense y propietario de la licencia para cultivar y comercializar la planta
El fondo londinense, especializado en el sector sanitario, controla Alcaliber a través de una firma radicada en el paraíso fiscal de Islas Caimán
Torreal, la firma de inversiones del multimillonario Juan Abelló, y el fondo británico GHO, nuevo propietario de Alcaliber (dueña del monopolio del opio en España y controlada por Abelló hasta hace unos meses), han unido fuerzas para cultivar y comercializar cannabis en España y poner en valor la licencia que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) concedió en octubre de 2016 a Alcaliber para llevar a cabo esta actividad.
Torreal y GHO han constituido Linneo Health, SL, una sociedad con domicilio en el número 27 de la calle Génova de Madrid (donde está la sede de Alcaliber), que comenzó sus operaciones el pasado 27 de julio y tiene como objeto social:
Alcaliber fue la primera empresa española que, en octubre de 2016, logró licencia de la Agencia del Medicamento para el cultivo, producción, fabricación, importación, exportación, distribución y comercialización de cannabis. Un año después, firmó un acuerdo de suministro con la canadiense Canopy Growth (la mayor compañía del sector en el mundo) para cultivar sus semillas en España.
En Portugal, otra firma canadiense del sector, Tilray (que desde que salió a Bolsa en julio pasado ha llegado a multiplicar por nueve su valor), va a invertir 20 millones en la macroplantación que pondrá en marcha cerca de Coimbra, al norte del país, según publicó el pasado fin de semana Jornal de Negòcios (Empresa de canábis mais valiosa do mundo produz em Portugal e já vê futuro de 100 mil milhões).(Más)
Ver:
SANDOZ con Tilray (pioneros) y la marijuana "no cumbustible"
Juán Abelló (408 mill €)
Por supuesto, tambien tiene parte de su capital en importantes farmacéuticas internacionales, como Pfizer.
Por supuesto, tambien tiene parte de su capital en importantes farmacéuticas internacionales, como Pfizer.
No en vano, Abelló comenzó a forjar su gran imperio en el sector farmacéutico.
Cual frio estratega tomó el control junto a Mario Conde de Antibióticos S.A., y a finales de los 80 protagonizó la operación más espectacular de venta de una empresa española a una multinacional. (Ver)
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jueves, 27 de septiembre de 2018
CHILE Médicos sin marca (MSM): No más Visita Médica...
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Una de las principales razones por las cuales los médicos recetan medicamentos de marca, a pesar de existir alternativas igualmente efectivas y más baratas, corresponde a la influencia que el marketing de la industria farmacéutica (IF) ha ejercido sobre la práctica clínica.
La industria farmacéutica, una de las más prolíficas del mundo, no escatima en gastos cuando se trata de promocionar sus productos, destinando hasta el doble en marketing en comparación al gasto que hace en innovación y desarrollo (1).
Con el objetivo de proteger a las personas del uso irracional de medicamentos, en Chile, como en otros países, se ha prohibido la publicidad directa a los consumidores de medicamentos que requieren receta médica. Esto ha llevado a la IF a focalizar el objetivo del marketing en los médicos. Una de las estrategias más utilizadas es la visita médica, un encuentro entre médicos y representantes de la industria que habitualmente ocurre en las instituciones asistenciales, más precisamente, en los box de atención. Durante estas visitas los representantes de la industria tratan con especial delicadeza a los médicos, informando de la existencia de nuevos productos farmacéuticos. Es frecuente que se entregue “material educativo”, el que corresponde en ocasiones a estudios clínicos (habitualmente financiados por la misma industria) y en otras, a coloridos y vistosos trípticos con la información resumida, dispuesta de tal manera de resaltar los beneficios y evitar mostrar los aspectos menos atractivos (efectos adversos, tasas de abandono de tratamiento o significación clínica, entre otros). Junto con esto, los visitadores realizan entregas de muestras médicas para fomentar el uso de estos fármacos, argumentando la utilidad que puede tener para los pacientes acceder a una terapia en forma gratuita.
Al finalizar este encuentro se hace entrega de pequeños regalos como llaveros, tazones o calendarios con la marca del medicamento a promocionar de manera vistosa, que actúan en sí mismos como vehículos de marketing, como lo haría una polera con el logo de una marca deportiva. No es inusual que en ocasiones aprovechen esta instancia para realizar invitaciones a congresos y cenas gratis, donde se extiende el trabajo de marketing, esta vez en un lugar más confortable para el médico.
Ver:
Pagos d la Industria: Los conflictos de intereses y su efecto en Rx...
La relación entre los médicos y la IF comienza muchas veces en las escuelas de pregrado, ofreciendo desayunos y refrigerios para compensar el “gran sacrificio” que realizan día a día los estudiantes o haciendo entrega de muestras de fármacos para “combatir las largas horas de vigilia” en los turnos. Durante la residencia continúa la oferta de obsequios, invitaciones a congresos, suscripciones a revistas científicas y acceso a publicaciones. Esta conducta sistemática, de forma inconsciente, predispone al médico a quedar en deuda con el representante, a quien devuelve la mano a través de la prescripción de los fármacos que promociona. Este fenómeno se conoce como reciprocidad, uno de los principios de la relaciones humanas, que consiste en ayudar a los que te han ayudado.
Sin embargo, algunos médicos reconocen que existe un riesgo de perder la objetividad al recibir obsequios, lo que genera una cierta disonancia cognitiva, una incomodidad que surge de la discrepancia entre creencias contradictorias (2).
Algunos médicos evitan pensar en el conflicto e incluso rechazan la idea de éste, como una estrategia para reducir esta incomodidad (3).
En un estudio en residentes de medicina, se encontró que un 61% de éstos reportaba que el encuentro con la IF no influía en su propia práctica, mientras que sólo un 16% creía lo mismo respecto de sus colegas (4).
Este fenómeno se conoce como ilusión de invulnerabilidad, en el cual los médicos creen que los obsequios pueden influir a otros en la prescripción de ciertos fármacos pero niegan que el mismo acto pueda influenciarlos a ellos mismos.
Otro mecanismo psicológico que opera en la relación, es el de “sentirse con derecho” a recibir estos obsequios. Los médicos usualmente tienen la percepción de que no se les reconoce suficientemente las largas horas de trabajo, los años destinados a los estudios o el grado de responsabilidad que cargan.
La idea de que hacen mayores sacrificios que el resto de los profesionales, justifica la aceptación de invitaciones como una forma de reconocimiento de este gran esfuerzo.
Los médicos que se identifican con esto, justifican las regalías de la industria y confiadamente responden “porque yo lo valgo”, como el aclamado slogan comercial de L’Oreal (5).
Con respecto a la entrega de muestras médicas, es frecuente escuchar el argumento de que sin ellas, muchos pacientes no podrían costear un tratamiento de mejor calidad. Sin embargo la evidencia muestra que la mayor parte de las muestras médicas no son entregadas a personas de bajos recursos sino que frecuentemente terminan en las manos de pacientes con mejor situación socioeconómica o en los botiquines de los médicos para su uso personal y el de sus familiares.
Por otra parte, las muestras médicas habitualmente corresponden a medicamentos “me-too” (6, 7), es decir compuestos derivados de fármacos ya probados que no significan una real novedad y que pueden resultar menos eficaces y seguros, como es el caso de la desvenlafaxina o la rosuvastatina.
Por último, en casos de tratamientos prolongados, cuando una persona inicia su tratamiento con muestras médicas, la tendencia natural es que el médico continúe la prescripción de esa misma marca, sin considerar opciones más económicas. Es decir, la entrega de muestras médicas es una práctica eficaz para fidelizar tanto al paciente como al médico con una marca.
Impacto de la visita médica
Existe evidencia de que el contacto frecuente con representante de la industria influye de manera significativa en la práctica clínica de varias formas, entre ellas:
1) una mayor disposición a recetar nuevos medicamentos;
2) una mayor disposición a prescribir un fármaco que no está clínicamente indicado cuando un paciente lo solicita;
3) una tendencia a indicar tratamientos más caros, aun cuando ofrezcan mínimas o nulas ventajas sobre otros más económicos;
4) una mayor receptividad frente a la publicidad y la literatura promocional de las compañías farmacéuticas; y
5) una mayor insatisfacción en consultas en las que se proporciona sólo consejo (y no recetas) (8, 9, 10).
Adaptado de Médicos sin Marca (gracias...)
Ver también:
Are Doctors Really Influenced by the Pharmaceutical Industry? / Los conflictos de intereses...
Una de las principales razones por las cuales los médicos recetan medicamentos de marca, a pesar de existir alternativas igualmente efectivas y más baratas, corresponde a la influencia que el marketing de la industria farmacéutica (IF) ha ejercido sobre la práctica clínica.
La industria farmacéutica, una de las más prolíficas del mundo, no escatima en gastos cuando se trata de promocionar sus productos, destinando hasta el doble en marketing en comparación al gasto que hace en innovación y desarrollo (1).
Con el objetivo de proteger a las personas del uso irracional de medicamentos, en Chile, como en otros países, se ha prohibido la publicidad directa a los consumidores de medicamentos que requieren receta médica. Esto ha llevado a la IF a focalizar el objetivo del marketing en los médicos. Una de las estrategias más utilizadas es la visita médica, un encuentro entre médicos y representantes de la industria que habitualmente ocurre en las instituciones asistenciales, más precisamente, en los box de atención. Durante estas visitas los representantes de la industria tratan con especial delicadeza a los médicos, informando de la existencia de nuevos productos farmacéuticos. Es frecuente que se entregue “material educativo”, el que corresponde en ocasiones a estudios clínicos (habitualmente financiados por la misma industria) y en otras, a coloridos y vistosos trípticos con la información resumida, dispuesta de tal manera de resaltar los beneficios y evitar mostrar los aspectos menos atractivos (efectos adversos, tasas de abandono de tratamiento o significación clínica, entre otros). Junto con esto, los visitadores realizan entregas de muestras médicas para fomentar el uso de estos fármacos, argumentando la utilidad que puede tener para los pacientes acceder a una terapia en forma gratuita.
Al finalizar este encuentro se hace entrega de pequeños regalos como llaveros, tazones o calendarios con la marca del medicamento a promocionar de manera vistosa, que actúan en sí mismos como vehículos de marketing, como lo haría una polera con el logo de una marca deportiva. No es inusual que en ocasiones aprovechen esta instancia para realizar invitaciones a congresos y cenas gratis, donde se extiende el trabajo de marketing, esta vez en un lugar más confortable para el médico.
Ver:
Pagos d la Industria: Los conflictos de intereses y su efecto en Rx...
La relación entre los médicos y la IF comienza muchas veces en las escuelas de pregrado, ofreciendo desayunos y refrigerios para compensar el “gran sacrificio” que realizan día a día los estudiantes o haciendo entrega de muestras de fármacos para “combatir las largas horas de vigilia” en los turnos. Durante la residencia continúa la oferta de obsequios, invitaciones a congresos, suscripciones a revistas científicas y acceso a publicaciones. Esta conducta sistemática, de forma inconsciente, predispone al médico a quedar en deuda con el representante, a quien devuelve la mano a través de la prescripción de los fármacos que promociona. Este fenómeno se conoce como reciprocidad, uno de los principios de la relaciones humanas, que consiste en ayudar a los que te han ayudado.
Sin embargo, algunos médicos reconocen que existe un riesgo de perder la objetividad al recibir obsequios, lo que genera una cierta disonancia cognitiva, una incomodidad que surge de la discrepancia entre creencias contradictorias (2).
Algunos médicos evitan pensar en el conflicto e incluso rechazan la idea de éste, como una estrategia para reducir esta incomodidad (3).
En un estudio en residentes de medicina, se encontró que un 61% de éstos reportaba que el encuentro con la IF no influía en su propia práctica, mientras que sólo un 16% creía lo mismo respecto de sus colegas (4).
Este fenómeno se conoce como ilusión de invulnerabilidad, en el cual los médicos creen que los obsequios pueden influir a otros en la prescripción de ciertos fármacos pero niegan que el mismo acto pueda influenciarlos a ellos mismos.
Otro mecanismo psicológico que opera en la relación, es el de “sentirse con derecho” a recibir estos obsequios. Los médicos usualmente tienen la percepción de que no se les reconoce suficientemente las largas horas de trabajo, los años destinados a los estudios o el grado de responsabilidad que cargan.
Los médicos que se identifican con esto, justifican las regalías de la industria y confiadamente responden “porque yo lo valgo”, como el aclamado slogan comercial de L’Oreal (5).
Con respecto a la entrega de muestras médicas, es frecuente escuchar el argumento de que sin ellas, muchos pacientes no podrían costear un tratamiento de mejor calidad. Sin embargo la evidencia muestra que la mayor parte de las muestras médicas no son entregadas a personas de bajos recursos sino que frecuentemente terminan en las manos de pacientes con mejor situación socioeconómica o en los botiquines de los médicos para su uso personal y el de sus familiares.
Por otra parte, las muestras médicas habitualmente corresponden a medicamentos “me-too” (6, 7), es decir compuestos derivados de fármacos ya probados que no significan una real novedad y que pueden resultar menos eficaces y seguros, como es el caso de la desvenlafaxina o la rosuvastatina.
Por último, en casos de tratamientos prolongados, cuando una persona inicia su tratamiento con muestras médicas, la tendencia natural es que el médico continúe la prescripción de esa misma marca, sin considerar opciones más económicas. Es decir, la entrega de muestras médicas es una práctica eficaz para fidelizar tanto al paciente como al médico con una marca.
Impacto de la visita médica
Existe evidencia de que el contacto frecuente con representante de la industria influye de manera significativa en la práctica clínica de varias formas, entre ellas:
1) una mayor disposición a recetar nuevos medicamentos;
2) una mayor disposición a prescribir un fármaco que no está clínicamente indicado cuando un paciente lo solicita;
3) una tendencia a indicar tratamientos más caros, aun cuando ofrezcan mínimas o nulas ventajas sobre otros más económicos;
4) una mayor receptividad frente a la publicidad y la literatura promocional de las compañías farmacéuticas; y
5) una mayor insatisfacción en consultas en las que se proporciona sólo consejo (y no recetas) (8, 9, 10).
Adaptado de Médicos sin Marca (gracias...)
- Lexchin J. Pharmaceutical company spending on research and development and promotion in Canada, 2013–2016: A cohort analysis. J Pharm Policy Pract. 2018;11(1):1–6.
- Sah S. Médicos bajo la influencia : Psicología social y estrategias de marketing de la industria 1. 2013;427–35.
- Chimonas S, Brennan TA, Rothman DJ. Physicians and drug representatives: Exploring the dynamics of the relationship. J Gen Intern Med. 2007;22(2):184–90.
- Steinman MA, Shlipak MG, McPhee SJ. Of principles and pens: Attitudes and practices of medicine housestaff toward pharmaceutical industry promotions. Am J Med. 2001;110(7):551–7.
- Sah S, Loewenstein G. Effect of reminders of personal sacrifice and suggested rationalizations on residents’ self-reported willingness to accept gifts: A randomized trial. JAMA — J Am Med Assoc. 2010;304(11):1204–11.
- Evans KL, Brown SR, Smetana GW. Sample Closet Medications Are Neither Novel Nor Useful. J Am Board Fam Med [Internet]. 2013;26(4):380–7. Available from: http://www.jabfm.org/content/26/4/380.abstract
- Cutrona SL, Woolhandler S, Lasser KE, Bor DH, McCormick D, Himmelstein DU. Characteristics of recipients of free prescription drug samples: A nationally representative analysis. Am J Public Health. 2008;98(2):284–9.
- Watkins C, Moore L, Harvey I, Carthy P, Robinson E, Brawn R. Characteristics of general practitioners who frequently see drug industry representatives: national cross sectional study. BMJ. 2003;326(7400):1178–9.
- Brax H, Fadlallah R, Al-Khaled L, Kahale LA, Nas H, El-Jardali F, et al. Association between physicians’ interaction with pharmaceutical companies and their clinical practices: A systematic review and meta-analysis. PLoS One. 2017;12(4):1–28.
- Spurling G , Mansfield P, Montgomery B, Lexchin J, Doust J, et al. Information from Pharmaceutical Companies and the Quality, Quantity, and Cost of Physicians’ Prescribing: A Systematic Review. PLos One. 2010;7(10)
Ver también:
Are Doctors Really Influenced by the Pharmaceutical Industry? / Los conflictos de intereses...
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I+D,
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PFIZER apuesta por..."enfermedades raras"
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miércoles, 26 de septiembre de 2018
Are Doctors Really Influenced by the Pharmaceutical Industry? / Los conflictos de intereses...
Recently, Rafael Fonseca, MD and John A. Tucker, MBA, PhD, issued a critical analysis of a recent study that drew correlations between meals provided by prescription drug companies and physician prescribing behavior.
The initial study, authored by Hadland SE, Cerda M, Krieger MS, and Marshall BDL, explored data which related opioid prescribing to opioid manufacturer payments and impliedly concluded that there is a cause-and-effect relationship. However, as Fonseca and Tucker note, as is typical with such studies, the authors did not make any direct claims of a cause-and-effect relationship and that “their observations are based on correlation alone.”
In the conclusion of the Hadland study, however, the authors recommend “Amidst national efforts to curb the overprescribing of opioids, our findings suggest that manufacturers should consider a voluntary decrease or complete cessation of marketing to physicians. Federal and state governments should also consider legal limits on the number and amount of payments.”
(...)
Ver:
OPIOIDES: Mas Rx después de cenar...
Fonseca and Tucker looked at the data and took it a step further, which helped to disprove the Hadland et al. theory.
Fonseca and Tucker performed an independent analysis of the same data, repeated the same data extraction as cited in the Hadland paper, associated payments with prescribing behavior in the same fashion as Hadland described, and were able to closely reproduce the number of opioid prescribers, opioid prescribers accepting payments, and the total number of payments as described in the original Hadland paper.
What Fonseca and Tucker found was that doctors who accepted no free meals from opioid manufacturers wrote anywhere between 0 and 1000 prescriptions in 2015 – the same as those who accepted 50 or more free meals from opioid manufacturers.
As you can see from the above graph created by Fonseca and Tucker, the correlation between opioid manufacturer meals accepted and opioid prescriptions written is not as drastic as one may think after reading the Hadland paper.
In their article rebutting the Hadland paper, Fonseca and Tucker outline how the math actually works and the way Hadland et al. almost molded the numbers in an attempt to create their desired outcome, instead of using the straight numbers as found in reality.
In sum, Fonseca and Tucker conclude that there are many shortcomings that articles which correlate prescribing with industry payments and sponsored meals have, and that such articles should always be taken with a grain of salt as the math is not necessarily what it seems on the surface.
They conclude by noting,
“In the case of opioid prescribing, we believe that we have presented a strong case that
1) the relationship between industry payments and prescribing is much weaker than has been presented in the literature, and
2) that prescribing and attendance at manufacturer-sponsored informational lunches are both driven by practice characteristics, rather than the meals themselves driving prescriptions”
Conflicto de intereses...
Rafael Fonseca is a hematologist at the Mayo Clinic in Arizona.
John Tucker is a medicinal chemist residing in Northern California.
(Disclosures: Fonseca is a consultant to:
- AMGEN,
- BMS,
- Celgene,
- Takeda,
- Bayer,
- Jansen,
- AbbVie,
- Pharmacyclics,
- Merck,
- Sanofi,
- Kite, and
- Juno,
and is on the Scientific Advisory Board of Adaptive Biotechnologies) (Ver)
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Aspirina: "Fake news"...
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Mucho del encanto de este fármaco nace del hecho de que, al ser un producto derivado de una planta, es el ejemplo más claro del potencial de la medicina natural, y por lo tanto alimenta la idea de que el ser humano debe encontrar el remedio de sus males en la naturaleza.
Además de su clásico uso para calmar el dolor y la fiebre, durante los últimos años se han demostrado muchas otras propiedades, incluyendo anticoagulante, preventiva del cáncer, e incluso protección contra la enfermedad de Alzheimer. (...)
No es sorpresa entonces que un medicamento que tiene tantas propiedades beneficiosas sea propenso también a originar confusos mitos y medias verdades.
Hoy día revisaremos algunas de estas creencias populares.
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Mucho del encanto de este fármaco nace del hecho de que, al ser un producto derivado de una planta, es el ejemplo más claro del potencial de la medicina natural, y por lo tanto alimenta la idea de que el ser humano debe encontrar el remedio de sus males en la naturaleza.
Además de su clásico uso para calmar el dolor y la fiebre, durante los últimos años se han demostrado muchas otras propiedades, incluyendo anticoagulante, preventiva del cáncer, e incluso protección contra la enfermedad de Alzheimer. (...)
No es sorpresa entonces que un medicamento que tiene tantas propiedades beneficiosas sea propenso también a originar confusos mitos y medias verdades.
Hoy día revisaremos algunas de estas creencias populares.
- 1. Alivia el dolor de muela si se aplica sobre el diente. Falso. La aspirina no actúa localmente; es decir, no se absorbe directamente si se aplica sobre el diente. Y debido a que puede dañar el esmalte o la encía, no debe ser usado de esa manera.
- 2. Debe tomarse al primer síntoma de un infarto cardíaco. Eso es cierto. Debido a sus propiedades anticoagulantes (impide que las plaquetas de la sangre inicien el proceso de formar un coágulo), la aspirina debe darse al primer síntoma que pueda indicar un ataque cardíaco. De hecho, lo primero que hacen los servicios médicos que visitan al paciente durante una emergencia es darle este medicamento. En esa situación, la aspirina puede disminuir la probabilidad de morir por un infarto cardíaco en un 20%.
- 3. Debe tomarse al primer síntoma de un derrame cerebral. Esto es solo un mito, y el hacerlo puede ser muy peligroso. Sabiendo que el 80% de los derrames cerebrales son causados por la formación de un coágulo dentro de una arteria cerebral (derrame isquémico), y por lo tanto –al igual que en el caso de un infarto cardíaco– puede beneficiarse de una aspirina, el 20% restante puede ser causado por el fenómeno contrario: un derrame hemorrágico, el cual puede agravarse por la acción anticoagulante de la aspirina. Es recién después de encontrar la causa del derrame cerebral, y descartar que sea una hemorragia, que el médico puede dar dicho fármaco al paciente.
- 4. Causa severos sangrados en el tubo digestivo. Eso es verdad. Un estudio del 2011 hecho en más de 87.000 mujeres encontró que el riesgo de presentar un sangrado del tubo digestivo fue 43% mayor en aquellas que tomaban aspirina, en comparación con las que no lo hacían. También se concluyó que esa complicación estuvo más relacionada con la dosis que al tiempo de uso del medicamento. Por otro lado, los hombres que toman aspirina tienen 32% más posibilidad de sufrir un sangrado gastrointestinal. Por eso este fármaco no debe ser usado sin una previa evaluación del médico de cabecera.
- 5. Previene un infarto cardíaco en todas las personas. Falso. Los estudios demuestran que la aspirina no disminuye la probabilidad de que ocurra un infarto cardíaco o un derrame cerebral isquémico en una persona que no tiene los factores de riesgo o características que la predisponen a esas enfermedades. Esos riesgos incluyen tener presión arterial alta y colesterol elevado, sufrir de diabetes, fumar cigarrillos o ser obeso. Las personas con esos factores de peligro o que ya hayan tenido un infarto cardíaco, así como aquellas a las que ya se les colocó un stent en una arteria coronaria o ya tuvieron una operación de ‘by-pass’ en el corazón, pueden beneficiarse siempre y cuando el médico lo indique. Se especifica también que los mejores resultados de la prevención se observa en personas entre 50 y 69 años.
- 6. Previene el cáncer del colon. Eso es cierto. El grupo de trabajo de medicina preventiva de EE.UU. recomienda el uso de una aspirina de baja dosis durante cinco a diez años para prevenir el cáncer de colon y de recto. Ya sea a través del mismo mecanismo que evita que las plaquetas se aglutinen, o de su acción sobre el nucléolo de las células, la aspirina podría prevenir el cáncer del colon.
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martes, 25 de septiembre de 2018
EPO: La patente injusta del tratamiento contra la Hepatitis C (sofosbuvir / Sovaldi Gilead)
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Munich/Madrid, 14 de septiembre de 2018 -
Médicos del Mundo y Médicos Sin Fronteras, junto con otras organizaciones de 17 países, desafiaron ayer una patente sobre el medicamento contra la hepatitis C (sofosbuvir) ante la Oficina Europea de Patentes (EPO).
Ver:
Esta patente inmerecida contribuye al monopolio de Gilead y evita que cientos de miles de pacientes en Europa reciban un tratamiento asequible.
El veredicto demuestra cómo las compañías farmacéuticas abusan del sistema de patentes al utilizarlas solo para sus propios intereses en lugar de para su propósito original: mejorar el bienestar de la sociedad. Prevenir el acceso a un tratamiento asequible definitivamente no favorece dicho bienestar.
Las patentes inmerecidas crean posiciones de monopolio, lo que permite a las empresas presionar a los gobiernos para que paguen precios exorbitantes por medicamentos que salvan vidas. Por esta razón, Gilead aún puede cobrar hasta 43.000 € en algunos países europeos por el tratamiento de sofosbuvir, de doce semanas de duración. La brutal carga financiera que sufren los sistemas públicos de salud, causada por estos precios excesivos, es asumida por el contribuyente europeo, que hasta ahora ha “ingresado” más de 8.500 millones de euros en los bolsillos de Gilead.
Ver:
Esto lleva a los sistemas sanitarios al borde del colapso. Como resultado, el tratamiento basado en sofosbuvir, que actualmente es el más efectivo contra la HepatitisC, ha sido racionado en muchos países.
"Estamos muy preocupados por esta decisión de la Oficina Europea de Patentes. Demuestra que el sistema de patentes está roto en Europa. Esta decisión es muy grave por lo que significará para los nuevos medicamentos contra el cáncer que están saliendo al mercado actualmente, puesto que su precio es diez veces superior al del sofosbuvir", afirma Oliver Maguet, portavoz de la campaña de medicamentos de Médicos del Mundo.
La organización sanitaria insta al gobierno europeo a tomar medidas serias con respecto a la EPO y el Sistema Europeo de Patentes. Las compañías farmacéuticas deben cumplir con los requisitos de la convención europea de patentes firmada por los 38 estados miembros.
Al presentar la oposición, Médicos del Mundo y las entidades aliadas obligaron a Gilead a enmendar su patente antes de la audiencia pública. "Es vital para las organizaciones de la sociedad civil desafiar el sistema de patentes en Europa. Esta es la única manera de proporcionar evidencia sobre el abuso de patentes y la falta de escrutinio por parte de la EPO", dice Olivier Maguet.
* Las organizaciones que formaron parte de la oposición a la patente son:
-European Public Health Alliance (en toda la UE);
-Salud Por Derecho (España);
-AIDES (Francia);
-Praksis (Grecia) y
-Access to Medicines (Irlanda).
Munich/Madrid, 14 de septiembre de 2018 -
Médicos del Mundo y Médicos Sin Fronteras, junto con otras organizaciones de 17 países, desafiaron ayer una patente sobre el medicamento contra la hepatitis C (sofosbuvir) ante la Oficina Europea de Patentes (EPO).
Ver:
Médicos del Mundo contra patente de Sovaldi
Sin embargo, EPO decidió mantener esta patente clave sobre un componente farmacéutico, a pesar de que este componente está inactivo.Esta patente inmerecida contribuye al monopolio de Gilead y evita que cientos de miles de pacientes en Europa reciban un tratamiento asequible.
El veredicto demuestra cómo las compañías farmacéuticas abusan del sistema de patentes al utilizarlas solo para sus propios intereses en lugar de para su propósito original: mejorar el bienestar de la sociedad. Prevenir el acceso a un tratamiento asequible definitivamente no favorece dicho bienestar.
Las patentes inmerecidas crean posiciones de monopolio, lo que permite a las empresas presionar a los gobiernos para que paguen precios exorbitantes por medicamentos que salvan vidas. Por esta razón, Gilead aún puede cobrar hasta 43.000 € en algunos países europeos por el tratamiento de sofosbuvir, de doce semanas de duración. La brutal carga financiera que sufren los sistemas públicos de salud, causada por estos precios excesivos, es asumida por el contribuyente europeo, que hasta ahora ha “ingresado” más de 8.500 millones de euros en los bolsillos de Gilead.
Ver:
India:Dice NO a patente de Sovaldi
Esto lleva a los sistemas sanitarios al borde del colapso. Como resultado, el tratamiento basado en sofosbuvir, que actualmente es el más efectivo contra la HepatitisC, ha sido racionado en muchos países.
"Estamos muy preocupados por esta decisión de la Oficina Europea de Patentes. Demuestra que el sistema de patentes está roto en Europa. Esta decisión es muy grave por lo que significará para los nuevos medicamentos contra el cáncer que están saliendo al mercado actualmente, puesto que su precio es diez veces superior al del sofosbuvir", afirma Oliver Maguet, portavoz de la campaña de medicamentos de Médicos del Mundo.
La organización sanitaria insta al gobierno europeo a tomar medidas serias con respecto a la EPO y el Sistema Europeo de Patentes. Las compañías farmacéuticas deben cumplir con los requisitos de la convención europea de patentes firmada por los 38 estados miembros.
Al presentar la oposición, Médicos del Mundo y las entidades aliadas obligaron a Gilead a enmendar su patente antes de la audiencia pública. "Es vital para las organizaciones de la sociedad civil desafiar el sistema de patentes en Europa. Esta es la única manera de proporcionar evidencia sobre el abuso de patentes y la falta de escrutinio por parte de la EPO", dice Olivier Maguet.
* Las organizaciones que formaron parte de la oposición a la patente son:
-European Public Health Alliance (en toda la UE);
-Salud Por Derecho (España);
-AIDES (Francia);
-Praksis (Grecia) y
-Access to Medicines (Irlanda).
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lunes, 24 de septiembre de 2018
Humor...es lunes: Champú epigenético / palabras "que venden"...
.
Las palabras no son inocentes. Hábilmente usadas desatan guerras, consuelan enfermos e impulsan las ventas. La salud no es ajena a sus hechizos. En su intervención en la XIII Jornada Medes (Medicina en Español), celebrada dentro de los Cursos de Verano de El Escorial y organizada por la Fundación Lilly, Fernando Navarro, traductor médico, escritor y colaborador de DM, deleitó a los 250 asistentes con sus ejemplos sobre el poder del lenguaje.
Entre las ‘palabras que venden’ en una sociedad muy obsesionada con su salud, destacó un champú epigenético (de la empresa Nuggela & Sulé) que aprovecha la fuerza de un término especializado y algo misterioso para seducir a una clientela dispuesta a pagar 20 euros para revitalizar científicamente sus cabellos.
(...)
Palabras bonitas
Sin embargo, el humor, plagado de ambigüedades y dobles sentidos, puede a veces malinterpretarse, como alertó Fernando Navarro: “No sé por qué os metéis tanto con la homeopatía si no os ha hecho nada la pobrecita“ puso como ejemplo. ¿La estoy defendiendo o atacando?”.
En el debate de esa sesión sobre ‘Pseudociencia: engañar con palabras bonitas’ se discutió sobre ese doble filo del humor para desenmascarar o ridiculizar tantos remedios milagrosos que se aprovechan de la ignorancia de la gente, y se insistió en una educación que alimente el pensamiento crítico y enseñe a distinguir las fuentes fiables de los embusteros y timadores. (Más)
Las palabras no son inocentes. Hábilmente usadas desatan guerras, consuelan enfermos e impulsan las ventas. La salud no es ajena a sus hechizos. En su intervención en la XIII Jornada Medes (Medicina en Español), celebrada dentro de los Cursos de Verano de El Escorial y organizada por la Fundación Lilly, Fernando Navarro, traductor médico, escritor y colaborador de DM, deleitó a los 250 asistentes con sus ejemplos sobre el poder del lenguaje.
Entre las ‘palabras que venden’ en una sociedad muy obsesionada con su salud, destacó un champú epigenético (de la empresa Nuggela & Sulé) que aprovecha la fuerza de un término especializado y algo misterioso para seducir a una clientela dispuesta a pagar 20 euros para revitalizar científicamente sus cabellos.
(...)
Palabras bonitas
Sin embargo, el humor, plagado de ambigüedades y dobles sentidos, puede a veces malinterpretarse, como alertó Fernando Navarro: “No sé por qué os metéis tanto con la homeopatía si no os ha hecho nada la pobrecita“ puso como ejemplo. ¿La estoy defendiendo o atacando?”.
En el debate de esa sesión sobre ‘Pseudociencia: engañar con palabras bonitas’ se discutió sobre ese doble filo del humor para desenmascarar o ridiculizar tantos remedios milagrosos que se aprovechan de la ignorancia de la gente, y se insistió en una educación que alimente el pensamiento crítico y enseñe a distinguir las fuentes fiables de los embusteros y timadores. (Más)
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domingo, 23 de septiembre de 2018
"Empática y simpática"...SIMPATINA
.
...oído cosas, acerca de jugadores
que se administraban sustancias
para mejorar su rendimiento.
Las más frecuentes en aquella época
eran la centramina, la simpatina
y el optalidón de entonces,
productos que darían positivo
en un control hoy en día. (Más)
"Quien esto escribe puede testificar que las dos formas comercializadas de amfetaminas en España en los años 60 del siglo pasado “Simpatina” y “Centramina” se usaban profusamente entre los estudiantes de la Universidad de Barcelona. Incluso de la imagen del representante comercial de los Laboratorios Miquel, fabricante de “Centramina” y que tenía su sede en la misma calle Casanovas tres manzanas más abajo, con su cartera ofreciendo muestras a quien quisiera en el hall de la facultad de Medicina."(Más)
En el prospecto de la “Simpatina” se decía que se recomendaba su uso a “…militares, policías y transportistas…” con jornadas laborables extensas y que necesitaban mantenerse despiertos (sic!). (Más)
sábado, 22 de septiembre de 2018
Big Data: Infoxicacion...Jaime Serra / Los límites de la infografía
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Salud, dinero y amor. © Jaime Serra
Ver también:
Salud, dinero y amor. © Jaime Serra
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Datos: El reflejo de nuestra intimidad / Jaime Sierra
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viernes, 21 de septiembre de 2018
Cinema Paradiso: The Party / Sally Potter
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Janet (Kristin Scott Thomas) acaba de ser nombrada ministra del Gobierno, y por ello varios amigos se reúnen en una fiesta para celebrar su nombramiento. Sin embargo, lo que comienza como una celebración terminará de la manera más inesperada. (FILMAFFINITY)
Es una comedia sobre las ideologías, o de que manera estas se han pervertido o se utilizan impunemente. Una fiesta para celebrar el nombramiento de la anfitriona como ministra de Sanidad, y un grupo heterogéneo de cínicos, cocainómanos, borrachos y sumisos.
Potter tira con bala. Le podría haber salido por la culata, pero consigue un filme vitriólico. (Más)
Una fiesta para celebrar el nombramiento de la anfitriona como ministra de Sanidad...
Janet (Kristin Scott Thomas) acaba de ser nombrada ministra del Gobierno, y por ello varios amigos se reúnen en una fiesta para celebrar su nombramiento. Sin embargo, lo que comienza como una celebración terminará de la manera más inesperada. (FILMAFFINITY)
Es una comedia sobre las ideologías, o de que manera estas se han pervertido o se utilizan impunemente. Una fiesta para celebrar el nombramiento de la anfitriona como ministra de Sanidad, y un grupo heterogéneo de cínicos, cocainómanos, borrachos y sumisos.
Potter tira con bala. Le podría haber salido por la culata, pero consigue un filme vitriólico. (Más)
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jueves, 20 de septiembre de 2018
Marcia Angell / The NYT: Transparencia no frena corrupción...
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On Thursday, Dr. José Baselga resigned from his position as chief medical officer at Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Earlier this month, ProPublica and The New York Times revealed that he’d received millions of dollars from drug and device companies whose fortunes he stood to affect. He also sat on the board of at least six companies, where his fiduciary responsibility to them might conflict with his obligations to the cancer center. Most of his outside income was not disclosed to the journals in which he published, in violation of their requirements.
Ver:
Although his case is extreme, these kinds of conflicts of interest are virtually universal in the upper levels of academic medicine.
I was an editor of The New England Journal of Medicine for over two decades, and was there in 1984 when we became the first major medical journal to institute a policy that required authors of research articles to disclose all financial ties to companies that could be affected by their research. We had become aware that academic researchers were receiving large payments from drug companies and that it was distorting their work. For example, I once phoned the senior author of a paper submitted to us to ask why he had neglected to mention the side effects of a potent new drug he was testing. Without any apparent embarrassment, he said that the sponsor wouldn’t let him. We didn’t publish the paper, but another journal did.
In order to get prescription drugs approved by the Food and Drug Administration, companies must conduct clinical trials to show that the drugs are safe and effective. But drug companies don’t have direct access to human subjects, so they’ve always contracted with academic researchers to conduct the trials on patients in teaching hospitals and clinics. Traditionally, they gave grants to the institutions for interested researchers to test their drugs, then waited for the results and hoped that their products looked good. The grants were at arm’s length; the companies didn’t design or analyze the studies, they didn’t own the data, and they certainly didn’t write the papers or control publication.
That began to change in the 1980s, partly as a result of a new law that permitted researchers and their institutions, even if funded by the National Institutes of Health — that is, the taxpayers — to patent their discoveries and license them exclusively to drug companies in return for royalties. That made them business partners, and the sponsors became intimately involved in all aspects of the clinical trials.
It also gave the drug companies direct access to highly influential physicians, like Dr. Baselga, known to the industry as key opinion leaders. These are the people who write textbooks and medical journal articles, issue practice guidelines, sit on the F.D.A. and other governmental advisory panels, head professional societies and speak at the innumerable meetings and dinners where clinicians are taught about prescription drugs. Having key opinion leaders on the payroll is worth every penny a drug company spends.
Ver:
KOL´s en PHARMACOSERIAS
What do they get for their money?
Bias can also be introduced through the design of a clinical trial. For example, the sponsor’s drug may be compared with another drug administered at a dose so low that the sponsor’s drug looks more powerful. Or it can be compared with a placebo, when the relevant question is how it compares with an existing drug. In short, it’s often possible to make clinical trials come out the way you and your sponsors want.
Disclosure is better than no disclosure, but it does not eliminate the conflict of interest. It’s simply a way of saying caveat emptor, and leaving it to readers to decide whether the research was biased. But most people — even doctors and science reporters — aren’t really equipped to make those judgments, particularly when data are suppressed.
I would suggest two reforms.
Ver:
In the meantime, those of us who read these studies should remain skeptical about them until several different trials reach the same result.
The indignation about Dr. Baselga is justified. But the fact that other physicians disclose their myriad conflicts of interest does not solve the underlying problem. Collaboration with industry can lead to important scientific contributions, but we should not let drug companies buy the hearts and minds of researchers. The cost of this is high, and not just in drug prices. It means both doctors and patients believe prescription drugs are better and safer than they really are. (Ver)
Marcia Angell, a member of the faculty of global health and social medicine at Harvard Medical School and former editor in chief of The New England Journal of Medicine, is the author of “The Truth About the Drug Companies.”
Ver también:
On Thursday, Dr. José Baselga resigned from his position as chief medical officer at Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Earlier this month, ProPublica and The New York Times revealed that he’d received millions of dollars from drug and device companies whose fortunes he stood to affect. He also sat on the board of at least six companies, where his fiduciary responsibility to them might conflict with his obligations to the cancer center. Most of his outside income was not disclosed to the journals in which he published, in violation of their requirements.
Ver:
Baselga "se oculta" del fisco (USA)
Although his case is extreme, these kinds of conflicts of interest are virtually universal in the upper levels of academic medicine.
I was an editor of The New England Journal of Medicine for over two decades, and was there in 1984 when we became the first major medical journal to institute a policy that required authors of research articles to disclose all financial ties to companies that could be affected by their research. We had become aware that academic researchers were receiving large payments from drug companies and that it was distorting their work. For example, I once phoned the senior author of a paper submitted to us to ask why he had neglected to mention the side effects of a potent new drug he was testing. Without any apparent embarrassment, he said that the sponsor wouldn’t let him. We didn’t publish the paper, but another journal did.
In order to get prescription drugs approved by the Food and Drug Administration, companies must conduct clinical trials to show that the drugs are safe and effective. But drug companies don’t have direct access to human subjects, so they’ve always contracted with academic researchers to conduct the trials on patients in teaching hospitals and clinics. Traditionally, they gave grants to the institutions for interested researchers to test their drugs, then waited for the results and hoped that their products looked good. The grants were at arm’s length; the companies didn’t design or analyze the studies, they didn’t own the data, and they certainly didn’t write the papers or control publication.
That began to change in the 1980s, partly as a result of a new law that permitted researchers and their institutions, even if funded by the National Institutes of Health — that is, the taxpayers — to patent their discoveries and license them exclusively to drug companies in return for royalties. That made them business partners, and the sponsors became intimately involved in all aspects of the clinical trials.
It also gave the drug companies direct access to highly influential physicians, like Dr. Baselga, known to the industry as key opinion leaders. These are the people who write textbooks and medical journal articles, issue practice guidelines, sit on the F.D.A. and other governmental advisory panels, head professional societies and speak at the innumerable meetings and dinners where clinicians are taught about prescription drugs. Having key opinion leaders on the payroll is worth every penny a drug company spends.
Ver:
KOL´s en PHARMACOSERIAS
Ratón de Biblioteca: K.O.L. (Líder de Opinión) / Rafael Sepúlveda Blanes
What do they get for their money?
- First, there are the intangibles. It’s human nature to feel warm toward people with whom one collaborates closely, particularly when they’re so generous, and key opinion leaders become a sort of informal sales force.
- Second, there’s good evidence that drug company involvement biases research in ways that are not always obvious, often by suppressing negative results. A review of 74 clinical trials of antidepressants, for example, found that 37 of 38 positive studies — that is, studies that showed that a drug was effective — were published. But 33 of 36 negative studies were either not published or published in a form that conveyed a positive outcome.
Bias can also be introduced through the design of a clinical trial. For example, the sponsor’s drug may be compared with another drug administered at a dose so low that the sponsor’s drug looks more powerful. Or it can be compared with a placebo, when the relevant question is how it compares with an existing drug. In short, it’s often possible to make clinical trials come out the way you and your sponsors want.
Disclosure is better than no disclosure, but it does not eliminate the conflict of interest. It’s simply a way of saying caveat emptor, and leaving it to readers to decide whether the research was biased. But most people — even doctors and science reporters — aren’t really equipped to make those judgments, particularly when data are suppressed.
I would suggest two reforms.
- First, researchers at academic medical centers should not accept any payments other than research support from drug companies, and that support should have no strings attached — no control over the design, interpretation and publication of trial results. We should go back to arm’s length grants.
- Second, doctors should not accept gifts from drug companies, even small ones, and they should pay for their own meetings and continuing education, as is standard in other professions. They can afford it.
Ver:
Pagos d la Industria: Los conflictos de intereses y su efecto en Rx...
In the meantime, those of us who read these studies should remain skeptical about them until several different trials reach the same result.
The indignation about Dr. Baselga is justified. But the fact that other physicians disclose their myriad conflicts of interest does not solve the underlying problem. Collaboration with industry can lead to important scientific contributions, but we should not let drug companies buy the hearts and minds of researchers. The cost of this is high, and not just in drug prices. It means both doctors and patients believe prescription drugs are better and safer than they really are. (Ver)
Marcia Angell, a member of the faculty of global health and social medicine at Harvard Medical School and former editor in chief of The New England Journal of Medicine, is the author of “The Truth About the Drug Companies.”
Ver también:
MARCIA ANGELL: La verdad acerca de la industria farmacéutica. Como nos engañan y que hacer al respecto
Todo sobre Marcia Angell en PHARMACOSERÍAS
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