Dice el psicólogo Marino Pérez Álvarez (Calleras, Tineo, 1952) que lo que él defiende son «verdades incómodas». Pensamientos de plena actualidad, que no dejan indiferentes a nadie y que, a veces, se ven envueltos en polémica. Tras una veintena de libros publicados, el catedrático jubilado de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de Oviedo ha vuelto a sacudir conciencias con «El individuo flotante» (Ediciones Deusto), en el que advierte de los «efectos indeseados» de las redes sociales, como la soledad, el malestar, la ansiedad o la depresión.
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Pérez, que se licenció y se doctoró en la Complutense de Madrid, ejerció como profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo durante cuatro décadas. Allí fue (y es) toda una eminencia. Se jubiló en agosto de 2021, tras recibir un homenaje multitudinario por parte de profesores y alumnos, para seguir dedicándose a la vida académica, pero –comentó en su día– «sin la abrumadora carga burocrática que impone la Universidad». En junio de 2022 fue reconocido por sus colegas con su ingreso como académico en la Academia de Psicología de España. Su discurso de entrada versó precisamente sobre el libro de «El individuo flotante» que meses después –en enero de 2023– vería la luz.
En esta publicación, Marino Pérez utiliza un concepto introducido por el filósofo Gustavo Bueno, que se refiere a la ligereza y levedad del ser, así como a la falta sentido (dirección y significado), provocados, en esta ocasión, por las redes sociales. El psicólogo clínico no se muerde la lengua y advierte de que las redes sociales, al contrario de lo que sugiere su nombre, han traído más soledad que conexión. Y los primeros afectados son los jóvenes.
«El uso de las redes sociales –defiende– está produciendo en los usuarios más empedernidos, típicamente adolescentes, una diversidad de malestares, entre ellos ansiedad, depresión, conductas autolesivas, disforia de género y soledad. No es que las redes sociales causen estos problemas, que ya venían de antes, sino que los exacerban a niveles nunca alcanzados, en vez de atemperarlos como sería de esperar».
Anteriormente a «El individuo flotante», el prestigioso psicólogo publicó, junto a José Errasti, «Nadie nace en un cuerpo equivocado», en el que critica la ideología «queer» y la autodeterminación de género. Con este ensayo revolucionaron el debate sobre la cuestión trans y algunos actos del país han sido boicoteados. «La ideología ‘queer’ supone, por un lado, un retroceso en logros del feminismo y, por otro, lleva a niños y adolescentes a procesos de transición fármaco-quirúrgicos que suponen daños irreversibles. En realidad, lo que sostengo son verdades incómodas que una vez explicadas mucha gente está de acuerdo con ellas», explica.
A lo largo de su carrera, Marino Pérez ha hecho muchas otras aportaciones al campo de la Psicología. Entre otras, el investigador ha abordado problemas psicológicos «más allá del camino trillado», señala. Por ejemplo, ha defendido que el TDAH «no es una enfermedad mental que se deba medicar, sino un problema de conducta para el que son necesarias ayudas psicológicas y educativas». Otra de sus contribuciones es haber introducido un nuevo enfoque de los problemas psicológicos centrados en la persona y sus circunstancias. «Los problemas psicológicos tienen más que ver con la biografía que con la biología», remata. Más
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