sábado, 20 de junio de 2020

Citario /El dijo que...: Karelia Vázquez: Manual de instrucciones para la vida con mascarilla



Nuestro idilio con las mascarillas encaja en el esquema de un romance tóxico. De no querer saber de ellas pasamos, cuando se pusieron difíciles, a la lista de espera para pagarlas a precio de oro. Ahora las llevamos como el DNI personal e intransferible obligatorio para entrar en algunos sitios. Pero ya las reparten gratis, así que estamos a punto de superarlas. “Al principio, cuando veíamos a alguien con mascarilla tendíamos a invisibilizarlo, como si fuera mobiliario urbano”, señala la psicoterapeuta Isabel Larraburu.

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Habla, claro, de la prehistoria de la pandemia, ahora todos somos mobiliario urbano. Cree que para evitar confusiones entre enmascarados hay que “usar los ojos y las cejas para expresarse, y fijarse en la mirada de los demás para comprenderlos”. Pero reconoce que establecer contacto visual mascarilla mediante puede ser un acto temerario. “Muchos prefieren las expresiones de la boca y las mejillas porque les cuesta mirar a los ojos”.

 “La cara tiene poder para seducir o amenazar, pero no comunica mensajes inequívocos sobre emociones como ‘soy feliz’ o ‘estoy enfadado”, opina el profesor José Miguel Fernández-Dols de la Universidad Autónoma de Madrid, que investiga la relación entre expresión facial y emociones. “Es una herramienta no verbal, pero tenemos multitud de recursos como las manos y las posturas que suplen de forma natural la parte oculta del rostro, y el ser humano tiene gran flexibilidad adaptativa”. 

En breve, se nos pasará la mascarilla y tendremos que someternos a continuos llamados al orden. “Hay que recordar una y otra vez que la llevamos y que hemos perdido una vía importante de expresión, y que se nos puede malinterpretar y las disculpas con una sonrisa ya no son tan eficientes”, apunta Larraburu. En cambio, Fernández-Dols cree que la distancia social será más dura de llevar que una mascarilla. “Es más disruptivo. Hablar a distancia es molesto y estresante porque en nuestra cultura la intimidad y el afecto se expresan con la proximidad física. A la larga echaremos más de menos un abrazo que una sonrisa”.

Manual de instrucciones para la vida con mascarilla 
 Karelia Vázquez —EPS El País Semanal 24 mayo 2020

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