Como escenario, una ciudad mexicana bien setentista: los pantalones son de estricta botamanga ancha, los empapelados de patrones geométricos y la gente, para hacer una llamada telefónica urgente, corre a un teléfono público. Y sin embargo, muchos de los elementos del manejo de la peste podrían ser noticias de estas semanas o días: un grupo de médicos descubre que algo raro pasa y las autoridades lo desestiman primero –comparando cínicamente, como si ellos no tuvieran nada que ver, la cantidad de muertes con otras afecciones que sufre la población cotidianamente–, lo ocultan después. Afloran pronto las diferencias sociales: la peste arrecia en los barrios populares en virtual estado de sitio mientras los ricos tienen sus clínicas privadas y siguen su vida. La peste y la ficción toman sus propios caminos, pero lo inquietante es encontrar que lo que anda mal en nuestras sociedades es mucho más que un virus desconocido.
El escenario sanitario, político, económico y social que se vive en el mundo provocado por la pandemia de la COVID-19, resultó un tanto premonitorio en la película mexicana “El año de la peste” (1979).
"Una terrible enfermedad es detectada en México", se lee en el inicio de la sinopsis de la cinta en el sitio Filminlatino, una plataforma digital del Instituto Mexicano de Cinematografía en línea donde se puede ver la película.
Y continúa: "El doctor Brennan, ampliamente reconocido en su especialidad, diagnostica que se trata de una epidemia y da aviso a las autoridades, pero éstas no oyen sus advertencias. Poco tiempo después, la epidemia es un hecho consumado".
"Ante la evidencia, el gobierno decide controlar la información para evitar el pánico -prosigue la reseña- organiza brigadas represivas disfrazadas de fumigadores y prolonga las vacaciones escolares. Los habitantes, por otro lado, fingen no darse cuenta y tratan de divertirse, mientras la ciudad se llena de cadáveres".
Con esa trama y más drama que ciencia ficción, el filme, dirigido por el mexicano Felipe Cazals (Ciudad de México, 1937) se convirtió precisamente en "una ficción muy real" en México y en el mundo en tiempos de pandemia.
Con un guión del Premio Nobel Gabriel García Márquez, quien se basó en la novela "Diario del año de la peste" del célebre autor británico Daniel Defoe (1660-1731), para Carro .
Además, dijo que otro tema "muy interesante" que plantea la película es justamente el tema de salud y economía.
"La película plantea cómo una cuarentena afectaría a ciertas industrias y sectores fundamentalmente. Por ejemplo, se habla de sector turístico, pero también contiene otras escenas que se apartan bastante de la realidad actual", apuntó.
Para el también director de programación de la Cineteca Nacional de México, la cinta que ganó el Premio Ariel a Mejor Película en 1980 "es más bien apocalíptica".
Recordó que más allá de que "no tiene un rigor médico", en el filme el tema de los problemas respiratorios y de cómo se van dando los casos y los síntomas "tienen alguna relación" con lo que está pasando ahora.(Más)
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