Sueños de CPAP...Rafael Fernandez

 

La máquina del sueño, CPAP, hacía un zumbido. Así que la llevé al centro tecnológico del hospital para que la arreglaran.

—¿Y la chica? ¿Le gusta? ¿Hemos acertado o se la cambiamos? ¿Prefiere que sea rubia? — me preguntó el técnico.

—¿Qué chica?

—Su doctor nos dijo que usted había dicho que no tenía pareja y que deseaba encontrarla. Así que nos indicó que la integráramos en el programa de la máquina como sueño recurrente. ¿No se lo dijo?

—Pensaba que las CPAP solo servían para tratar la apnea de sueño.

—No. Eso son los modelos anteriores al 2019. Los modelos nuevos traen bonitos sueños integrados para que así la gente aguante más con la máscara puesta.

—Yo conocí a una. Una chica genial. Pero en la vida real. Llevamos casi una semana juntos.

—¿Seguro? ¿Hace cuanto tienes la máquina?

—Una seman…

Alarmado, mire mi móvil. Enamorado, había puesto una foto de la chica como fondo de pantalla. Pero no estaba. Busqué nuestras conversaciones en el WhatsApp. Tampoco. Traté de llamarla por teléfono. Su número no existía. Entonces lo comprendí. La chica de mis sueños solo era un sueño. Una lágrima se escapó de mi ojo izquierdo, bajó por la mejilla y, al llegar a mi barbilla, se tiró al suelo, suicidándose.

El técnico me miró con una triste sonrisa.

—Hay personas que nos piden soñar con que son ricos o, incluso que son superhéroes ¿Quiere que le integre otro sueño?

Aún llorando le dije:

—Quiero pertenecer a un ejército de pingüinos disfrazados de policías que, cada noche, luchan contra la trata de blancas y corren estupendas aventuras.