jueves, 19 de enero de 2023

Sombras de sospecha sobre Wuhan (XV): Tras años de misterio sobre origen Covid

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Sombras de sospecha sobre Wuhan (XIV): y si, era del mercado desde donde partió... 

Tres años del misterio sobre el origen del Covid en Wuhan

Las dudas sobre su aparición siguen sin esclarecerse en el tercer aniversario de la primera comunicación oficial del coronavirus 

Lucas de la Cal / El Mundo 1.1.2013

Viejos fantasmas de una pandemia que muchos ya habían olvidado se levantan para despedir 2022. 


El mundo mira de nuevo inquieto hacia una China que está viviendo con años de retraso la sacudida de un virus que circula por primera vez sin control por tierras muy pobladas que hasta hace poco eran prácticamente vírgenes de Covid. Un déjà vu en la víspera de Año Nuevo que coincide además con el tercer aniversario de la primera comunicación oficial sobre un coronavirus cuyo origen sigue siendo un gran misterio, más allá de las teorías de la conspiración y las zancadillas de Pekín para escarbar a fondo en busca de la verdad.

El 31 de diciembre de 2019, la Comisión de Salud Municipal de Wuhan informó sobre un grupo de casos de «neumonía viral» en la ciudad. Así lo llamó. Hubo que esperar hasta el 4 de enero a que la OMS alertara de que había un grupo de casos de un nuevo coronavirus en Wuhan. Desde entonces, se han reportado más de 660 millones de infecciones y alrededor de seis millones y medio de muertes en todo el mundo. Unas cifras que se dispararán los próximos meses a tenor de la brutal ola de casos que está teniendo China desde que rompió con su política de Covid cero, y que los expertos auguran que no se estabilizará hasta primavera.

Pero volvamos a aquel 31 de diciembre a través de las páginas del diario China Daily, uno de los periódicos oficiales del Gobierno chino. «El mercado mayorista de productos del mar de Wuhan, donde se asocian varios casos de neumonía, funciona con normalidad», rezaba el titular de una noticia que ocupaba una pequeña columna en mitad del periódico. «La Comisión de Salud Municipal notificó que algunas instituciones médicas habían descubierto recientemente varios casos de neumonía relacionados con el mercado. Se han encontrado siete casos. Pero los expertos creen que no hay casos obvios de transmisión de persona a persona», continuaba la información filtrada desde las autoridades de Wuhan, que más adelante fueron acusadas por los propios funcionarios de Pekín de ocultar datos primordiales al propio Gobierno central durante los primeros días en los que apareció esa «extraña neumonía».

Tres años después, no hay ningún avance aparente sobre el origen del virus. La mayoría de la comunidad científica comparte las mismas incógnitas que aparecen en el informe que redactó el primer equipo de la OMS que estuvo en Wuhan a principios de 2021: los murciélagos son los principales candidatos a ser los anfitriones originales del SARS-CoV-2, pero se desconoce cuál fue el huésped intermedio antes de que el coronavirus se transmitiera a humanos.

Hay dos hipótesis principales que continúan siendo objeto de acalorados debates hoy en día en todo el mundo: 

_¿fue una fuga en el laboratorio donde experimentaban con patógenos primos hermanos del SARS-CoV-2? 

_¿Fue un desbordamiento zoonótico natural en el mercado de Huanan?

Dos estudios publicados a finales del pasado verano en la revista Science apuntan al origen zoonótico. El primero localiza a los primeros 155 casos de Covid registrados en Wuhan, todos ellos identificados durante diciembre de 2019 alrededor del mercado de mariscos y animales salvajes de Huanan, señalado desde el principio como la zona cero de los contagios. Para ser más exactos, los primeros casos están conectados con el ala este del mercado, donde, si uno se adentraba entre las callejuelas, encontraba hasta 42 tipos de animales salvajes. Tanto vivos como muertos.

Desde el principio se ha especulado con que el coronavirus había pasado a los humanos a través de alguna especie salvaje que se vendía en esa sección del mercado. Algunas de ellas procedían del sur de China, donde están los murciélagos de herradura, portadores del virus RaTG13, el que se creía más cercano al SARS-CoV- 2 hasta que, a principios de este año, una publicación en la revista Nature señaló que hay otros murciélagos en unas cuevas al norte de Laos con un coronavirus cuya tasa de homología con el SARS-CoV-2 se sitúa entre el 96,9% y el 97,4%.

En octubre de 2021, la OMS formó un nuevo grupo con 27 de los mejores cazadores de virus del mundo para tratar de descifrar los orígenes. Este equipo se presentó pocos días después de que las autoridades chinas anunciaran que iban a analizar las donaciones de sangre hechas durante el año 2019 en Wuhan, recogidas en el Centro de Sangre de la ciudad, donde había alrededor de 200.000 muestras, marcadas por fecha y ubicación, que podían contener signos cruciales de los primeros anticuerpos que ayudaran a determinar cómo, cuándo y dónde el virus cruzó por primera vez a los humanos. Oficialmente, no se ha vuelto a saber nada de esas muestras de sangre. Ni un comentario de la máxima autoridad china para el control de enfermedades. Tampoco ningún paper en revistas científicas.


Lo único claro es que toda la investigación sobre el origen ha estado desde el principio embarrada por tensiones geopolíticas y manipulaciones. Fue Donald Trump el primero que extendió la teoría de la fuga en un laboratorio. Pero el Gobierno chino lleva toda la pandemia poniendo piedras en el camino de un rastreo independiente en Wuhan. En privado, los expertos de la OMS se han quejado de que son estas trabas para trabajar las que han estado ralentizando todo este tiempo la posibilidad de una investigación.

Las dispares teorías que salen a menudo en China sobre el origen tampoco ayudan. La primera fue que el virus lo soltaron por Wuhan militares estadounidenses. Más tarde, la versión era que llegó por los productos congelados de otros países. Este año, con la guerra en Ucrania de fondo, algunos medios chinos compraron una nueva teoría cocinada por el aparato de desinformación de Rusia: EEUU probó los coronavirus de murciélago en laboratorios ucranianos para investigar armas biológicas.

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