Catherine Millet hizo referencia a Rego. Fue en el discurso inaugural titulado "¿Existe la mujer?" que dio para la décima edición del Filba de Buenos Aires. En medio de su exposición decididamente feminista —y a la vez crítica sobre el rumbo que está tomando este movimiento— la intelectual francesa señaló la pantalla gigante que había detrás suyo, donde pasaban los subtítulos al español de su conferencia, y apareció el Tríptico del aborto.
"La obra de Paula Rego nos hace comprender toda la soledad de la mujer obligada a abortar en forma clandestina. Pero quisiera, en especial, llamar la atención sobre la mirada de esta mujer —dijo Millet sobre la tercera escena—. A pesar del dolor que se lee en los rasgos de su rostro, de la posición humillante en la que se encuentra, nos mira directo a los ojos, casi provocativa, desafiando a los que quisieron prohibirle lo que está por hacer. Víctima de la ley que no le permite abortar en condiciones sanitarias y morales correctas, esta mujer toma las riendas de su destino".
Y continúa: "Todas las mujeres representadas son diferentes, muy individualizadas; se las muestra en posiciones más o menos dolorosas, pero cuando les vemos los ojos, aunque la expresión varíe un poco, todas tienen esa mirada directa. La artista ha dicho que se inspiró en su propia experiencia y en la de mujeres que ha conocido, y declaró asumir plenamente el naturalismo de sus obras. La lucha por el derecho al aborto es una lucha colectiva, pero a la elección de abortar cada una la vive (y diré incluso cada uno, porque, después de todo, hay hombres que sostienen a la mujer en esta circunstancia) de forma absolutamente singular".
Rego aparece en el discurso de Millet de forma argumental. Su obra sostiene su teoría: la mujer, asegura la intelectual francesa siguiendo la línea de Jacques Lacan, no existe porque es una construcción, un símbolo, un síntoma que responde al deseo de los hombres; lo que existe, por el contrario, son mujeres, en plural, con subjetividades singulares. Respetar el derecho individual —a abortar o no, por ejemplo— es el planteo certero, en discordancia con lo que la masa enceguecida requiera. (Más)
Esta semana me encontrareis en Malaga / Museo Picasso con...
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