España, una semana en terapia
El País PATRICIA GOSÁLVEZ,
Los profesionales de la salud mental están saturados. En España, se han prescrito el doble de psicofármacos desde el inicio de la pandemia. En el mundo, la ansiedad y la depresión fueron cuatro y tres veces más frecuentes de lo normal. Estamos mal. La ola de malestar afecta a todos, aunque no por igual. Ha golpeado más a las mujeres, a los jóvenes y a quienes tienen menos recursos. Sin embargo, en la red pública, por cada 100.000 habitantes hay solo 11 psiquiatras (la mitad que en Francia) y seis psicólogos clínicos (tres veces menos que la media europea). En el último año y medio, el 6,4% de los españoles han acudido a un profesional.
¿Cuáles son las tristezas y angustias más recurrentes?
Tomando como base las historias clínicas y sus notas, siete psiquiatras y psicólogos, públicos y privados, comparten el caso anonimizado de un paciente que representa alguno de los trastornos que más han crecido.
- Un superviviente de la covid de 71 años que lleva ocho meses casi sin salir de casa cuando llega con depresión al psiquiatra. La culpa de no despedirse de su mujer, fallecida por el virus, pudo con él.
- Una enfermera con estrés postraumático, incapaz de volver al hospital donde vio tanta muerte.
- Un niño que no quiere ir al baño del colegio porque van otros que no son de su burbuja.
- Una madre trabajadora sobrepasada,
- una anoréxica,
- un joven deprimido,
- una pareja en crisis...
Siete relatos que narran el dolor de millones de personas.
Estamos mal.
Los profesionales de la salud mental nunca han tenido tanto trabajo. En España, el 41,9% de la población ha sufrido problemas de sueño desde el inicio de la pandemia y el 38,7% se ha sentido sin energías.
Se han prescrito más del doble de psicofármacos que antes, sobre todo ansiolíticos y antidepresivos. El 35,1% de los españoles admite que ha llorado en el último año y medio. Todo según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Metaestudios publicados en revistas internacionales ofrecen resultados similares: los casos de depresión mayor y trastorno de ansiedad en el mundo han aumentado un 28% y un 26% (The Lancet) y el estrés postraumático, la ansiedad y la depresión fueron, respectivamente, cinco, cuatro y tres veces más frecuentes de lo que habitualmente reporta la Organización Mundial de la Salud (Psychiatry Research).
Cada vez más gente llega a consulta (según el CIS, un 6,4% de la población: el 43,7% por ansiedad y el 35,5% por depresión). ¿Qué es lo que ocurre allí? ¿Qué apuntan los terapeutas mientras la gente narra sus tristezas, angustias y preocupaciones?
Tomando como base las historias clínicas y las notas tomadas durante las sesiones, siete psicólogos y psiquiatras, públicos y privados, explican para este reportaje el caso anonimizado de uno de sus pacientes.
Cada uno representa sintomatologías que se han disparado.
Cuentan la historia de muchos otros.
- -Una enfermera de baja con estrés postraumático (un 14,5% de los sanitarios sufre un trastorno mental discapacitante, el 22,2% estrés postraumático, según estudios del Hospital del Mar de Barcelona y el Ciber).
- -Una madre trabajadora con ansiedad (un 22% de las españolas declaró haber tenido ataques de pánico o ansiedad, según el CIS).
- -Un niño obsesionado con el virus (el 52,2% de los padres notaron cambios en la manera de ser de sus hijos).
- -Un joven deprimido que pertenece a la generación que más ha frecuentado los servicios de salud mental.
- -Una anoréxica,
- -una pareja en crisis,
- -un superviviente de covid...
La ola de enfermedad mental nos afecta a todos, aunque no por igual. El golpe ha sido más duro para las mujeres y los jóvenes. Las personas con menos recursos sufren más. “A las limitadas terapias públicas llega mucha gente tocada por la crisis económica y son precisamente quienes más posibilidades tienen de acabar medicadas, ya que no pueden costearse un terapeuta privado”, dice Juan Antequera, psicólogo clínico. Se han prescrito tres veces más psicofármacos a quienes se identifican como “clase baja” (CIS).
Los especialistas critican la escasa atención de las administraciones. España dedica apenas el 4% de la inversión en sanidad a salud mental (la media europea es del 5,5% y hay países que llegan al 10%). En la red pública hay 11 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, la mitad que en Francia o Alemania (el borrador de la ley general de salud mental contempla que haya 18). Los psicólogos clínicos son aún menos: seis por 100.000 habitantes (tres veces menos que la media europea).
“Hay una parte positiva en que tanta gente haya hecho crac”, apunta el psiquiatra Juan Luis Mendívil: “La pandemia ha visibilizado un problema que ya estaba ahí, rebajando el tabú”. En palabras de Juan Antequera: “Nos ha permitido quitarnos el filtro de Instagram. Ya no da tanta vergüenza salir del armario emocional. Habrá que ver cuánto tardamos en olvidarlo”. Más
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