La organización de derechos humanos con sede en Estados Unidos, Human Rights Watch (HRW), ha difundido un comunicado y un vídeo en el que afirma que fueron bombas de racimo rusas las que afectaron al hospital ucraniano. También afirma que murieron cuatro civiles y diez personas fueron heridas, incluyendo seis trabajadores sanitarios. Ademas, ha aportado fotografías de los daños causados en el hospital y vehículos civiles. HRW también defiende que ha sido afectada una ambulancia.
Las habitaciones del hospital de Vuhledar están llenas de cascotes. Las camas, algunas perfectamente hechas, con sus colchas rosadas, y otras deshechas, como cuando alguien se levanta con mucha prisa, permanecen cubiertas de cristales, yesos y polvo. “¿Ves?”, dice Nadia, sanitaria de 38 años, “esto es lo que pasa en la guerra, que al final las personas no importan”.
El jueves, no mucho después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunciase una “operación militar en el Donbás”, un ataque de artillería impactó contra la carretera de entrada a este centro sanitario de la región de Donetsk, a unos 60 kilómetros de la zona controlada por los separatistas prorrusos y por el Kremlin. Los proyectiles alcanzaron a una profesora de 50 años, que caminaba hacia el hospital, y a dos coches. Sus cuatro ocupantes han muerto, según el jefe de la administración regional, Pavel Kirilenko. La fachada del hospital, que da servicio a una zona ya muy dañada por la guerra de casi ocho años entre el ejército ucranio y los secesionistas, está ahora llena de cicatrices. Maria R. Sauquillo El País 26.2.22
Un misil balístico cayó frente a un hospital de Vuhledar, en el óblast de Donetsk (Ucrania), en el que murieron al menos dos civiles y ha podido ser verificado por el Laboratorio de Pruebas de Amnistía Internacional (AI), según la organización. AI ha señalado que los hospitales están protegidos por el derecho internacional humanitario, los misiles balísticos nunca deben utilizarse en zonas pobladas
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