La Covid-19 se nos ha llevado por delante. Ha llegado de improviso y, mientras asustados aprendíamos a llevar una mascarilla y a saludar con el codo, hemos olvidado hacer un alto entre tanto incendio sobrevenido y otear el horizonte.
Es el momento en que la filosofía ha de justificar su misma existencia no tanto para apurar respuestas como para acertar en las preguntas.
A vuelo rasante, este texto se pregunta por asuntos como la vida virtual —teletrabajo, teleeducación, telesanidad, telecompra—, el Big Data, la cooperación y la solidaridad internacional o las suspicacias tras las mascarillas…
Y todo ello en un ágil diálogo con quiénes están afilando su pensamiento para una pandemia: Slavoj Žižek, Noah Harari, Byung-Chul Han, Naomi Klein, etc.
En el libro, ameno y profundo, se zarandean intelectualmente series, películas y personajes que forman parte del imaginario del autor, profesional confeso de la filosofía que viaja de la cátedra al supermercado, y en cuyo camino no se desprecia ninguna pared para estampar verdades.
Ni los algoritmos, ni las “fakes”, ni los monstruos ciegos engullidores de datos, detienen el viaje zigzagueante del odiseo-autor, que oculta el yo mientras usa -como si fueran velas- las mascarillas y, tripulándose con Platón, Aristóteles, algún monje del Medievo, Locke, Harari, Byung-Chul Han o Žižek, pone rumbo a Ítaca (sin cooperación no hay futuro) en medio de un mar incierto.
Tómense sus “Meditaciones” como carta de navegación.
(*) Adrián Alonso Enguita es profesor de filosofía
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