domingo, 14 de abril de 2019

Captorix, la "recaptación según Houellebecq"


Es un comprimido pequeño, blanco, ovalado, divisible.

No crea ni transforma: interpreta. Lo que era definitivo lo convierte en pasajero; lo que era inevitable lo vuelve contingente. Proporciona una nueva interpretación de la vida: menos rica, más artificial, e impregnada de cierta rigidez. No procura ninguna forma de felicidad, ni siquiera un verdadero alivio, su acción es de otra indole: transformando la vida en una sucesión de formalidades, permite engañar. Por lo tanto ayuda a los hombres a vivir, o al menos a no morir..., durante un tiempo.

La muerte, sin embargo, acaba imponiéndose, la armadura molecular se agrieta, el proceso de desintegración reanuda su curso. Sin duda es más rápido para quienes no han pertenecido nunca al mundo, los que nunca se han planteado vivir, ni amar ni ser amados: para quienes siempre han sabido que la vida no estaba a su alcance. Estos, y son muchos, no tienen nada que lamentar, como suele decirse: mi caso es distinto.(...)

Ver también:

Captorix: el nuevo antidepresivo Houellebecq...

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