domingo, 10 de marzo de 2019

Pastillas contra la soledad?

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La soledad es uno de los mayores temores que atormentan al ser humano. 
La posibilidad de vernos solos, especialmente a medida que nos hacemos mayores, es algo que en ocasiones puede llegar a obsesionarnos, sobre todo después de la pérdida de un ser muy querido. Todo esto lleva a que a veces nos sintamos invadidos por la soledad, a pesar de estar rodeados de gente.



Este es un sentimiento muy familiar para Stephanie Cacioppo, una neurocientífica estadounidense que lleva años estudiando junto a su marido los efectos que provoca la soledad en el cerebro. Lamentablemente, John Cacioppo falleció en marzo del año pasado, dejando a su esposa sola frente a la investigación e invadida por ese sentimiento que ha sido el centro de su trabajo durante tanto tiempo. Pero ella no se ha venido abajo y ha seguido con lo que podría ser el colofón de tantos años de dedicación a la ciencia: una pastilla para la soledad
El fármaco, que aún se encuentra en investigación, promete tratar los síntomas característicos de la soledad, con menos efectos secundarios que otros medicamentos destinados a tratar la depresión o la ansiedad. 

Ahora bien, ¿tiene sentido realmente desarrollar un fármaco para tratar la soledad? En realidad no del todo, aunque eso no quiere decir que el fármaco de los Cacioppo no pueda ser útil y necesario.

Los síntomas de la soledad

Tanto la ansiedad como el estrés son sentimientos evolutivamente necesarios, como bien ha explicado a Hipertextual el psicólogo, youtuber y divulgador de comunidad de ciencia creativa Scenio Mugu, del canal Mugu Piensa. “La ansiedad como respuesta emocional normal es fundamental para todos nosotros y para nuestra supervivencia, ya que nos anticipa los peligros y nos prepara para afrontarlos”, aclara. “Ocurre lo mismo con el estrés adaptativo. Sin él estaríamos muertos”.

Por lo tanto, al hablar de síntomas asociados a la soledad nos referimos al distrés, o estrés negativo, y la ansiedad patológica. Cuando se encuentran asociados a connotaciones negativas o interfieren en el desarrollo normal de la vida de una persona comienza a ser necesario tratarlos, del mismo modo que ocurre si esos sentimientos se manifiestan en individuos con trastornos como la depresión. En estos casos es común recetar antidepresivos, que suelen dar buenos resultados, aunque también pueden generar efectos secundarios como somnolencia, náuseas e insomnio.


La alternativa ofrecida por los Cacciopo consiste en administrar a los pacientes pregnanolona, un precursor de la mayoría de hormonas esteroideas, que ya se ha estudiado con anterioridad para el tratamiento de síntomas asociados al estrés. En este caso John y Stephanie observaron que cuando los ratones pasan un tiempo socialmente aislados sus niveles de pregnanolona disminuyen. Además, es una reacción que también se da en humanos y que ya había sido estudiada previamente. 
En 2013, por ejemplo, otro equipo de científicos administró a 31 personas sanas una serie de dosis de un compuesto derivado de la pregnanolona, llamado alopregnanolona

Ver:
Psychology's John and Stephanie Cacioppo: Love on the Brain

Finalizado el ensayo, comprobaron que el tratamiento había tenido un efecto calmante sobre la ínsula y la amígdala, dos regiones cerebrales implicadas en la detección de amenazas, los recuerdos emocionales y la anticipación de reacciones desagradables. Este estudio condujo a que los Cacciopo llevasen a cabo su propio estudio con alopregnanolona, tras comprobar que se trata de un compuesto bien tolerado por los humanos, que además podría contrarrestar algunos de los efectos cerebrales que ellos mismos habían estudiado en pacientes en aislamiento social.

Investigación en marcha

Los ensayos clínicos, en los que se han administrado 400 mg de pregnanolona por vía oral a individuos sanos, pero socialmente aislados, comenzaron en mayo de 2017 y se mantendrán en marcha hasta junio de 2019. Actualmente Stephanie Cacioppo y su equipo se encuentran en la fase de análisis de los resultados. A falta de conclusiones finales, la neurocientífica ha afirmado en declaraciones a The Guardian que se siente cautelosamente optimista con que se mostrará una disminución significativa de la sensación de soledad en las personas que recibieron el tratamiento, en comparación con las que tomaron el placebo.(Más)

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