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Este libro que tienes entre manos fue un encargo. En realidad, la idea inicialmente me gustó y me contrarió a partes iguales.
Hasta ese momento, con mi web www.mirandatrauma.com
era un espíritu libre que escribía sobre medicina y traumatología según me apetecía (me daba la real gana). Últimamente, después de más de dos años y medio, escribir sobre medicina (traumatología, en particular) me hastiaba un poco, así que había decidido echar una canita al aire y de vez en cuando brotaba un «Batallitas Miranda». Algo más personal e íntimo, más reflexivo, que, como «escritora amateur», me llenaba un poco más que hablar de meniscos…
Por otro lado, la idea de un libro me atraía mucho, me gustaba fantasear con la oportunidad de desarrollar ampliamente capítulos médicos simplemente pincelados en mis posts.
Al principio, hasta que decidí hacia dónde tenía que dirigirme, fue un poco forzado. Como cuando estrenas unos zapatos nuevos, que puede que te rocen un poco en el juanete, o quizá la horma posterior a la altura del talón de Aquiles roza y te sientes incómodo.
Poco a poco, a medida que nos íbamos leyendo e intercambiábamos mails y charlas telefónicas, la cosa fue más fluida. Como en una relación (cortejo) nos «estábamos conociendo». Yo le iba mostrando mis luces y sombras, y ella con descaro me soltaba: «Esto de ti no me gusta y eso sí». Y así, entre mails, negativas, respuestas incómodas y encajes de verdades que sonrojan, pasamos nueve meses. No sé si llamarlo noviazgo o embarazo. Y un día de marzo decidimos que sí, que sin pasar por el altar firmaríamos papeles. Y mira, ya me ves, ahora estoy escribiendo mis votos poco antes de pasar por capilla. (Ironía modo on, lo siento, chiste demasiado fácil pero no me he podido resistir…).
¿Sabes? Después de este proceso te diré que estoy orgullosísima de estos zapatos que al principio me costó calzar pero que ahora se adaptan y funden con mi piel, unos zapatos cómodos que espero me lleven muy lejos y me acerquen a ti.
«Doctora Miranda, debe ser un libro para mujeres»: esto retumbaba en mi cabeza después de cada charla con mi editora, Mónica Liberman.
Pues aquí está.
Si eres una jovencita que no ha rozado los veinte, treinta o cuarenta, solo te puedo dar las gracias y decir: continúa. Continúa por orden médica. Felicidades, ya eres una mujer diez. A lo mejor, leer esto antes de echar arrugas, perdón, líneas de expresión —no volverá a ocurrir—, te ayudará a entender a tus compañeras de vida, madres, tías o abuelas. Ellas, aunque aún no lo sepas, están ya de vuelta de todo. Entiéndelas, envejecen con dignidad.
Un libro para mujeres, mujeres fuertes, mujeres inquietas, con hambre de saber, con ganas de cuidarse, con ganas de vida. Y a medida que escribía iba echando en falta cosas anárquicas que iba añadiendo sin ton ni son. Un puzle del que aún no sabía prácticamente NADA. (Más)
viernes, 8 de febrero de 2019
Ratón de biblioteca: Tengo los huesos desencajados / Dra. Miranda Trauma
Etiquetas:
España,
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