En 2001, los científicos John C. Holliday y Noah Soule comprobaron las historias de las islas del Pacífico. El hongo de la especie Dictyophora que tiene entre 600 y 1,000 años y que crece en territorio volcánico que ha sido cubierto por lava es capaz de inducir orgasmos en mujeres con tan sólo olerlo. La investigación se publicó en el International Journal of Medicinal Mushrooms después de hacer pruebas con 20 hombres y 16 mujeres. En el estudio se vio que el efecto no era el mismo en todos los estudiados. Los hombres describieron el olor como uno similar a carne podrida y no les provocó nada, pero fue diferente en el caso de las mujeres. Todas se excitaron y seis consiguieron llegar al orgasmo con el puro olor. De acuerdo al estudio, las mujeres que llegaron al clímax fueron las que primero lo olieron, mientras que las que lo hicieron después no lo consiguieron. Esto se cree que se debe a que el olor era más potente en un inicio y después perdió algo de efectividad.
Ya mucho se ha dicho de plantas afrodisíacas, pero un hongo que sea capaz de generar un orgasmo con el puro olor aún no es tan conocido en todo el mundo.
The mature Fruit body is from 7 cm to about 20 cm in height, unbranched, with a roughly bell shaped cap tightly attached to the stalk. The stalk itself is very fragile, consisting of soft, sponge-like tissue with numerous holes and chambers within.
The Stipe is hollow, typically 2 – 3 cm in diameter and nearly cylindrical. It is often bent away from the prevailing winds. The color of the stalk is bright orange when found in the forests and deserts away from the ocean, and a brilliant pink to pinkish-purple when found in the salt-spray zone.
Mamalo o Wahine, un efecto con explicación científica o un regalo de los dioses. Un regalo con un olor desagradable, similar al de la carne podrida parece poco seductor. Pero aquellas que alcancen el placer a través de este hongo, seguramente se olviden del fétido olor y sean compensadas con el poder del deseo y excitación, uno que termina con el orgasmo.(Más)
To be honest, I was disappointed. After all of the research I had conducted, I knew that there was no reason to believe the Hawaiian orgasm fungus was real. Everything about it had fallen apart upon scrutiny. I knew that the discrepancies within Holliday’s own testimony were troubling, and that biologically, the idea of a smell-induced orgasm was a stretch at best.
But I wanted it to be true. A small piece of me had hoped that I would find the smell pleasing, if not a little bit arousing. I wanted to suspend disbelief. I, too, wanted to live in a world where the orgasm fungus exists.
I still do.
Expedition Ecstasy: Sniffing Out The Truth About Hawai‘i’s Orgasm-Inducing Mushroom
By Christie Wilcox | February 14, 2016
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