domingo, 14 de febrero de 2016

Citario/El dijo que...: “una noche con Venus, toda una vida con mercurio" / viejo adagio.

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El Martirio del Mercurio (Dios romano del comercio y del viajero), fue sufrido por todos aquellos que se sometían a tratamiento por enfermedades venéreas, especificamente por sífilis. Se administraba por vía oral (en forma de sales como el calomel), mediante fricciones, por inyección intramuscular y por inhalación de vapores de mercurio a pacientes que padecian sífilis u otras enfermedades venéreas. Luego el paciente era sometido a baños de vapor o cubierto con mantas gruesas, basandose el tratamiento en la Teoria de los Humores, según la cual los venenos causantes de la enfermedad debian evaporarse del organismo. 
Refiere Watts que a ésta Teoria Helenistica-Arabe se le sumaba la convicción cristiana de que el dolor fisico causado por el tratamiento, donde se caian los dientes, los dolores corporales eran tremendos y se caia el cabello, las pestañas y la barba, asi como los altos costos del mismo, propiciaba una purga a los pecados cometidos. 

Las enfermedades venéreas desde el siglo XVI fueron siempre un verdadero problema de salud y ya a comienzos del siglo XVIII la unica manera de contrarrestar la enfermedad, era a través de curas de mercurio en un ambiente caliente y seco, lo que se denominaba “El martirio del mercurio” ya que los pacientes afectados ”Por una noche con Venus, pasaban toda una vida con Mercurio”, en alusión directa a los efectos devastadores de los devaneos sexuales cuando se tenían que tratar con medicamentos mercuriales.(...)

Pedro Laín Entralgo, historiador médico español cita: ‘En el campo de la sífilis, Philip Ricord desacreditó la creencia de Hunter de que la gonorrea y la sífilis eran la misma enfermedad, cuando inoculó pus gonorreico a 2.500 pacientes, sin que ninguno contrajera la sífilis’ 
En los veintidos años que duraron las guerras napoleónicas y revolucionarias (1793-1815) los cirujanos de la armada real francesa eran los responsables de la salud de oficiales, mujeres y niños de cada embarcación y el motivo de consulta más frecuente eran las enfermedades venéreas. Para ése entonces las enfermedades venéreas se limitaban a gonorrea o a ‘lux venerea’, tambien conocida como lúes o French Pox, es decir sífilis. 


Esta usualmente se trataba con sales de cloruro o ioduro de mercurio, como unguento en cebo o manteca. Esta solución se llamaba Calomel® (Cloruro de mercurio), y recibían tambien otros nombres como Saturine®, Lunar Caustic® o Clap Balsam, o pastillas azules (Blue pills). 

La gonorrea en cambio se trataba con reposo en cama, y dieta evitando vinos, especias, cebollas, carne. Se le daba agua de cabada o leche y evitar excitación sexual o cualquier cosa que ‘inflamara la fantasía y la imaginación’

El unguentum Saracenicum, a base tambien de mercurio, fué muy utilizado por la medicina árabe en afecciones de la piel como la sarna, psoriasis, lepra y otras enfermedades y era una de las terapias preferidas de los médicos del siglo XV, XVI, XVII, XVIII y XIX, al igual que el Guayaco o Palo santo, importado desde sudamérica a europa por las empresas comerciales de ultramar de la familia Fugger, banqueros alemanes de Augsburgo, los cuales tenían un monopolio con dicho producto. 

Los derivados del mercurio se utilizaron por màs de cuatrocientos años hasta la llegada del Salvarsán® a comienzos del siglo XX. (Más)

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