martes, 5 de febrero de 2013

La maldita pastilla de la banda de los Behninger. Un caso policial.

El relato que sigue es un producto de ficción. El personaje, un detective salido de la policía, busca a los traficantes de una misteriosa pastilla amarilla y verde que deja un tendal de muertos en la Ciudad sin que la Policía Sanitaria pueda intervenir. Nuestro antihéroe deberá enfrentar a una corporación multinacional con complicidad en el gobierno local que alimenta un mercado ilegal asesino. Cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia. Queda usted advertido, querido lector...

"La verdad es más extraña que la ficción"
(una voz popular)

Las pistas estaban claras. No sólo las víctimas presentaban todos los signos, sino que el modus operandi era el mismo. “Modus operandi”, encontró diciendo el detective Reinaldo Farías, casi con una sonrisa. Siempre le dieron risas esas palabras policiales. Para ser un ex comisario, no entendía como le daba risa todo ese lenguaje policial. Volvió a las fotos en su escritorio, desordenado por el paso de los días. Allí estaban las pistas. “La maldita pastillita”, dijo en voz baja. Desde hacia un tiempo buscaba el rastro de esos productos, que se vendían en el mercado negro pese a la prohibición. Sabía que no era fácil ir contra una corporación, pero el padre de una víctima lo había contratado. Juntado los pesitos para que encontrara a un responsable. Y él, que no sabía de juramentos, apartó su mirada de su Jack Daniels, bajó sus pies del cesto de papeles que usaba como archivo de toda la historia boticaria y se inclinó a tomar el caso. Había jurado cumplir su deber.

Desde hacia unos años la Ley de Medicamentos había llegado a las malditas pastillas. Pero cada ley tiene su trampa. Apenas se puso en marcha, el mercado negro explotó como un negocio lucrativo, y las miradas profesionales le apuntaron a la red de los kioscos clandestinos de la banda de los Behninger. En poco tiempo, esa corporación se hizo dueña del negocio de las pastillas callejeras.
    Nadie sabía de dónde habían surgido, pero Farías sospechaba de ese viejo apellido que había sido de algún farmacéutico y que empezó en el negocio de manera artesanal, y después terminó formando un imperio. “Un imperio de muerte”, se recordó, trágico. Así, pese a los esfuerzos de la Policía Sanitaria, las pastillas del viejo boticario circulaban por toda la ciudad, y en las calles en donde todo se transforma, fue haciendo estragos en la salud de la gente. (Sigue)


Parte II

Luego de dar con el responsable de inundar los kioscos con la letal pastilla, el detective Farías vuelve a la carga contra los jerarcas del mercado negro. Junto con una hermosa mujer enfrenta la que puede ser su última misión. Estará cara a cara con PERRETA, un personaje del hampa que esta conectado con el Partido Amarillo. Segunda entrega de esta ficción inspirada en algunas noticias de nuestra dura realidad. Vea en la sección SEPA ESTO la noticia que motivó esta pequeña ficción. (Sigue)



Tomé "prestado" de Mirada Profesional/Argentina

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