Debido a esa ortodoxia expresiva, te sorprende gratamente que Munilla, el nuevo jefe de la Iglesia guipuzcoana (me caía simpático hasta ahora por outsider, por haber enfurecido a tanto poseedor de RH negativo), exprese algo tan imprevisible y demente como que la concepción materialista de la vida es un mal mayor que la tragedia de Haití. Dislate tan brutalmente inoportuno sólo puede darse con un delirium tremens etílico o en un pasote alucinógeno. Pero el resacoso padre de la Iglesia rectifica inmediatamente de su dadaísta y salvaje ocurrencia. Que si le han malinterpretado, que si se refería al plano teológico, que si no sé qué. También escucho de su compungida boca que en su condición de sacerdote y obispo jamás ha hablado de política ni se ha posicionado, que cree en la predicación de la castidad, etcétera. O sea, lo de siempre, el reconocible tono de su gremio. Es legítimo. Pero al pastor de almas le espera el frenopático si insiste en sus filosóficas valoraciones de tragedias.
Carlos Boyero EL PAIS 17/01/2010
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Pero tampoco está solo en la carrera de "desatinos"
El "sexópata" paidofílico, rey de la "piñata", que "desgobierna" Nicaragua (con ansias de eternizarse), en un momento como éste, se ha vuelto tambien "logorreico". Será a imitación de su "guia espiritual..."
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lunes, 18 de enero de 2010
Monseñor José Ignacio Munilla, un "iluminado*"...(II) y sus acólitos.
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