En 1978 tuve el gusto de celebrar con él, en Caracas, la entrega que le hicimos del Premio Sandoz de Medicina.
Médico, egresado de la Universidad Central de Venezuela (mi universidad), hizo estudios post-doctorales en Neuro-Oftalmología bajo la dirección del Profesor Emérito William F Hoyt, MD en la Neuro-Ophthalmology Unit, adscrita al Neurosurgical Department of the University of California, San Francisco.
Ha publicado más de 150 trabajos científicos en el área de la medicina interna y neuro-oftalmología con algunos aportes inéditos a la bibliografía mundial. Pertenece a 16 sociedades científicas nacionales e internacionales y ha participado en múltiples congresos, cursillos y mesas redondas donde ha dictado mas de 1.100 charlas y conferencias magistrales relacionadas con la Medicina Interna, Neuro-Oftalmología, Neurología y temas de moral y ética médica.
Ha publicado un total de 264 artículos de divulgación médica para la comunidad, fundamentalmente en el Diario EL UNIVERSAL de Caracas.
En 1993 viaja a Cuba en misión humanitaria.
Lo comenta en carta abierta al embajador de ese país en Venezuela:
"En mayo de 1993, cuando su gobierno al fin dio a conocer al mundo la epidemia que, a pesar de sus adversas consecuencias, había mantenido en secreto desde 1991 y amenazaba con dejar en la umbra visual a más de 40 mil sufrientes, formé parte de una misión humanitaria que visitó la isla. En compañía de colegas cubanos y de diversas procedencias, examiné personas afectadas, ayudé a definir el paciente-tipo y a esclarecer las causas de lo que se dio en llamar Neuropatía óptica Cubana, y que en resumen -a despecho de que se haya invocado un factor multifactorial- fue trasfondo de miseria y hambre.
En cinco ocasiones me reuní con su Comandante para discutir estrategias diagnósticas de la epidemia, hoy por cierto trocada en endemia. En una de estas reuniones, y aunque parezca una pretensión el decirlo, una de mis colegas cubanas dijo públicamente que la neuro-oftalmología cubana se dividía en dos períodos, antes y después de las visitas docentes del doctor Muci. A pedido de su Señor, hice mi último viaje a Cuba. Les comuniqué todo cuanto sabía; guiados de mi mano aprendieron nuevas técnicas, mis diapositivas fueron copiadas, y mis charlas video, grabadas. No pedí nada a cambio. Mucho me fue ofrecido, pero el olvido es traicionero. Una simple esquela de agradecimiento me fue regateada. Regresé con la satisfacción del deber cumplido y un rictus de dolor al recordar la mirada famélica de mis colegas, trasunto de hambre de LIBERTAD, hambre biológica, pero también hambre intelectual al carecer de los instrumentos básicos para adquirir conocimientos: libros y revistas científicas."
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