Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente,
vino hacia él un hombre
y le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!”
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo
De España, aparta de mí este cáliz (1937)
Pero cuando yo muera
de vida y no de tiempo,
cuando lleguen a dos mis dos maletas,
éste ha de ser mi estómago en que me cupo mi lámpara en pedazos,
ésta aquella cabeza que expió los tormentos del círculo en mis pasos,
éstos esos gusanos que el corazón contó por unidades,
éste ha de ser mi cuerpo solidario
por el que vela el alma individual; éste ha de ser
mi ombligo en que maté mis piojos natos,
ésta mi cosa cosa, mi cosa tremebunda.
En tanto, convulsiva, ásperamente
convalece mi freno,
sufriendo como sufro del lenguaje directo del león;
y, puesto que he existido entre dos potestades de ladrillo,
convalezco yo mismo, sonriendo de mis labios.
Poema inédito publicado en 1939
2 comentarios:
Uno de mis poetas favoritos. Gracias, Fernando.
Ves...coincidimos en muchas cosas.
Es de lo mejor...
Bueno que está saliendo vuestro Blog...Y gran éxito que tiene. Felicidades.
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