No vendo...
De aquellos años aún conserva, pegado en la carcasa, un recorte de prensa con este texto:
"Hay una sola razón por la que trabajo: soy demasiado nervioso para robar"
Tipear con estilo
Hoy en día, cuando la mayoría prefiere los teclados de computadora, la Olivetti Valentine de Ettore Sottsass es una joya de colección
| CYNTHIA RODRÍGUEZ |
Es como un acento sobre una vocal. Una máquina de escribir de un rojo muy intenso, cuya línea se mete en los ojos para no querer salir.
Este clásico, que el arquitecto y diseñador italiano Ettore Sottsass (hijo) hizo en 1969 para Olivetti, es considerado como un puente entre el arte pop y el mundo de las máquinas de escribir.
Elaborada en plástico, la carcasa llama la atención porque destaca entre las grises, negras y blancas que se estilaba ver en ofi cinas y hogares por ese entonces y también por lo liviana que es.
La máquina, portátil, estaba destinada al entorno más íntimo y, claro está, no era para "escribidores" convencionales.
Principalmente porque, según se dice, su performance no era tal alta como la que cabía esperar de la casa Olivetti.
No obstante, la empresa sabía en qué se estaba metiendo: Olivetti solía acompañar sus lanzamientos de campañas publicitarias muy sui generis, tradición que Adriano Olivetti impuso desde los años 30, cuando incorporó en sus equipos técnicos de trabajo a diseñadores gráficos, escritores, artistas, pintores y publicistas para que asesoraran a sus empleados. La Valentine no fue la excepción y vino escoltada de una serie de afi ches hechos por artistas contemporáneos.
Ettore Sottsass (Innsbruck, Austria, 1917) se formó como arquitecto en el Politécnico de Turín entre 1935 y 1939. En 1947 inauguró su propio despacho en Milán, The Studio, y en 1956 viajó a América para trabajar con George Nelson. A su regreso, apenas un año después, fue jefe de diseño en Poltronova y desde 1958 comenzó a trabajar con el equipo de asesores de Olivetti. Entre otros de los diseños famosos que hizo para la fi rma están la calculadora Logos 27 (1963), las máquinas Tekne 3 y Praxis 48 (ambas en 1964) y la Lexicon 90 (1975).
Para el diseño de la Valentine contó con la colaboración de Perry King.
Hoy, la Valentine es una pieza de coleccionista y puede vérsele como un objeto de culto en muchas colecciones de museos de diseño en todo el mundo. Si el gusto por lo raro es la elección personal puede buscársela en gris, azul o la más exótica de sus presentaciones: la verde.
EL NACIONAL/Caracas domingo 3 de octubre de 2010
"La máquina de escribir convertirá la mano del literato en algo extraño al portaplumas sólo cuando la precisión de las formas tipográficas intervenga directamente en la concepción de sus libros. Probablemente se necesiten entonces sistemas nuevos con caracteres tipográficos más variables. Y aquéllos sustituirán la escritura a mano por la inervación de los dedos que dan órdenes."
Dirección Única, Walter Benjamin,Madrid, Alfaguara, 1988.
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