domingo, 11 de febrero de 2024

La canción del verano aunque sea...invierno (En LATAM es verano)


 

Muchas personas tienen tal pánico escénico que la simple idea de ir al karaoke les produce urticaria. Mal. Resulta que cantar puede ayudarnos a reforzar nuestro sistema inmune, la capacidad respiratoria y a estabilizar el ritmo cardíaco. Y mucho mejor si lo hacemos en grupo.

Lo hagas bien, mal o regular, conocer los beneficios de entonar una o dos canciones al día deberían acabar con tus miedos a quedar en ridículo.

_1. Acaba con el estrés. La ciencia lo corrobora: las personas que cantan a menudo en un coro se sienten menos estresadas, más felices, sufren menos agobios y se tienen una mayor autoestima que quienes no entonan ni una nota.

Resulta que al cantar se reducen los niveles de cortisol en sangre lo que nos ayuda a descargar tensiones y mejorar nuestro estado de ánimo haciéndonos personas más sociables y simpáticas. Pero no sólo eso. También mejora nuestra memoria y capacidades cognitivas por lo que nos ayuda a ser más organizados y enfrentarnos a cualquier tipo de quehacer y estrés con una sonrisa en la cara.

_2. Un deporte de lo más completo. No sólo mejora nuestro humor. Cada vez que entonamos voz en grito uno de nuestros temas preferidos o simplemente tarareamos una canción, estamos haciendo ejercicio.

Ponemos en marcha el sistema respiratorio y los músculos de cuello, espalda, brazos y abdomen así que cuando acabamos de canturrear nos sentimos relajados y notamos como las tensiones musculares desaparecen. ¿La mejor estrategia para lucir un vientre plano? 

_3. Nos integra en la sociedad. Lo de que cuando estás con tu grupo de amigos y os dé por recordar las letras y melodías de las canciones de vuestra infancia no es casual. Resulta que cantar y escuchar música nos ayuda a relacionarnos con mayor normalidad con la sociedad convirtiéndonos en individuos más extrovertidos y comprometidos con su época.

Cuando lo hacemos con otras personas surgen cantidad de sentimientos y sensaciones compartidas con el resto de miembros del grupo que cuando nos dedicamos a escribir o pintar, por ejemplo.

Así lo demostró una investigación publicada en la revista Royal Society Open Science que se refería a esta circunstancia como el ‘efecto de romper el hielo’ asegurando que si cuando conocemos a alguien estamos cantando o en un concierto las probabilidades de sentir menor presión social o estar incómodos son mucho menores que si ocurre en otras circunstancias.

_4. Acaba con los ronquidos. En un estudio realizado en el años 2008, investigadores británicos descubrieron que las personas que cantaban en un coro o grupo musical tenían menos problemas de ronquidos nocturnos que quienes nunca dedicaban un rato a la música, independientemente de si es afectaban factores como la edad o el índice de masa corporal, dos de los grandes responsables de la apnea del sueño.

El hecho es que los músculos de sus vías respiratorias estaban más ejercitados permitiéndoles respirar sin dificultades durante la noche. Es más, son numerosos los estudios que encuentran en el canto una buena terapia para las personas que sufren asma o problemas respiratorios congénitos. ¿Y si cantar fuese la mejor terapia antironquidos?

_5. Refuerza el sistema inmune. Especialmente óptimo para pacientes con cáncer, un reciente estudio vinculó que el canto podría reforzar nuestro sistema inmunológico para hacer frente a los efectos de determinadas enfermedades.

Los investigadores analizaron muestras de saliva de un grupo de pacientes con cáncer y descubrieron que tenían los niveles más altos de ciertas moléculas del sistema inmune llamadas citoquinas después de una hora de canto.

Nadie dice que por cantarnos unos temas vayamos a evitar padecer esta enfermedad o nos curemos sin más, pero sus efectos beneficiosos podrían mantenernos fuertes, sanos y con un estado de ánimo adecuado para enfrentarnos a las adversidades.

_6. Mejora la salud cardiovascular. Parecido a los efectos del yoga en nuestro sistema respiratorio, cantar nos ayuda a respirar más despacio y profundamente, por lo que ayuda a mantener estable el ritmo cardíaco cuidando de la salud de nuestro corazón.

Y, como con el yoga, mejor aún si lo hacemos en grupo ya que se sincronizan las frecuencias cardíacas con las del resto de participantes creando un espacio de relajación grupal ideal para tu cuerpo y mente. 



 

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