En este nuestro planeta vivimos cerca de 8.000 millones de personas. Y todas, no importa dónde residas, cuál sea tu edad o a qué te dediques, vivimos jornadas de 24 horas. Llega una multiplicación sencilla para entender que eso se traduce en que cada día que tachamos en el calendario la humanidad dispone de algo más de 190.000 millones de horas. La gran pregunta, la incógnita que ha querido resolver un grupo de investigadores dirigidos por la Universidad McGill, es…
¿Cómo organizamos esa enorme suma de horas?
¿A qué dedicamos el tiempo?
Su respuesta es fascinante. Y deja algunas lecciones valiosas.
Cuestión de organizarse. Quizás suene a excentricidad académica, pero tener una idea precisa o al menos aproximada de cómo organiza sus días la humanidad es más útil de lo que puede parecer. Al fin y al cabo quizás cada una de las 8.000 millones de personas disfrutamos nuestras vidas de forma independiente, pero —recuerdan desde McGill— afrontamos en conjunto muchos desafíos globales.
Y para abordarlos resulta interesante saber cómo organizamos las horas, el impacto que tienen en el entorno, qué actividades nos mantienen más ocupados y cuánto tiempo dedicamos por ejemplo a labores que acaban alterando el medio ambiente y afectan al cambio climático, como la producción de combustibles.
Objetivo: un panorama general. "En la actualidad estamos luchando por aceptar los desafíos globales, y eso requiere nuevas perspectivas sobre la forma en cómo funciona el mundo", explica Eric Galbraith, profesor de Ciencias del Sistema Terrestre en la universidad canadiense y uno de los autores de la investigación, que se ha publicado en la revista PNAS: "Si queremos afrontar de manera sostenible el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, adaptarnos a los veloces cambios tecnológicos y avanzar objetivos de desarrollo global, es crucial comprender el panorama general de cómo funciona el sistema humano global".
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