domingo, 20 de agosto de 2023

El cerebro de los hombres también se transforma con la paternidad...



It is hardly surprising that pregnancy and childbirth, nine months of enormous changes to a woman’s body, also change her brain. And they do, by causing certain parts of it to shrink. Fathers, it might be thought, would be unaffected. But no. There is evidence that their brains shrink, too. 


A paper just published in Cerebral Cortex by Magdalena Martínez-García of the Gregorio Marañón Health Research Institute in Madrid, and her colleagues, divulges the details.

The Economist

 


Estudios previos han constatado que, en las mujeres embarazadas, el cerebro sufre cambios significativos, como pérdida de volumen y de materia gris, que se prolongan hasta dos años después del parto.

Plasticidad cerebral

Esta gran plasticidad cerebral permitiría preparar a la madre fisiológica y psicológicamente para el cuidado del niño. Algunas hipótesis sugieren que el desarrollo del instinto maternal se deriva de estos cambios cerebrales.

Estos cambios cerebrales serían de origen hormonal y se darían a nivel de las regiones involucradas en las interacciones sociales, incluyendo la percepción, la interpretación de deseos y las emociones, entre otros.

También se ha comprobado que estos cambios no representan una incapacidad para las madres, ya que la pérdida de materia gris representa un proceso beneficioso de maduración o especialización en un momento crítico de la vida.

Además, se ha registrado una fuerte actividad neuronal en áreas específicas del cerebro cuando las madres contemplan fotos de sus bebés, lo que sugiere que los cambios cerebrales asociados al embarazo tienen un claro efecto positivo.


Cerebro masculino alterado

La nueva investigación, cuyos resultados se publican en la revista Cerebral Cortex, ha comprobado que, en los hombres, los volúmenes corticales y subcorticales también disminuyen significativamente cuando experimentan la paternidad. La "superficie" cortical se reduce asimismo en los nuevos padres.

También ha constatado que, al igual que ocurre con las madres, las mayores reducciones en el volumen y el grosor de la corteza cerebral están relacionadas con una actividad cerebral más intensa cuando el padre mira la foto de su hijo, incluso después del nacimiento.

Las respuestas, sin embargo, son completamente diferentes cuando los padres contemplan imágenes de otros niños, explican los autores de esta investigación.

Para llegar a estas conclusiones, el nuevo estudio observó cómo la experiencia de los padres puede influir en la plasticidad cerebral, incluso cuando el embarazo no se experimenta directamente, como es el caso del padre.

Transición a la paternidad

El estudio es el resultado de una colaboración internacional entre dos laboratorios, uno en España y otro en California (Estados Unidos), que han recopilado prospectivamente datos de neuroimagen estructural en 20 futuros padres, antes y después del nacimiento de su primer hijo. La muestra española también incluyó un grupo de control de 17 hombres sin hijos.

El estudio testó si la transición a la paternidad implicaba cambios anatómicos en el volumen, el grosor y el área de la corteza cerebral, así como en los volúmenes subcorticales.

Y constató cambios estructurales corticales en los padres, “lo que respalda la posibilidad de que la transición a la paternidad pueda representar una ventana significativa de neuroplasticidad estructural inducida por la experiencia en los hombres, al igual que pasa con las madres”, escriben los investigadores en su artículo.

Los autores de esta investigación consideran que los cambios cerebrales observados en el cerebro de los hombres cuando contemplan imágenes de sus hijos están en el origen de una construcción afectiva y creciente entre el padre y su hijo. 

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