Es triste amar sin ser amado, pero más triste es quedarte sin gasas en la habitación del aislado.
¿Cuál es el colmo de una enfermera? Ponerse enferma. Y si esto sucede en sus días libres, es todavía peor porque no puede automedicarse y tiene que ir a su centro de salud a por recetas.
Así empieza esta nueva entrega de las aventuras de Satu. Aquí descubrirás que los puntos para la bolsa de empleo son los bitcoins de la sanidad, que los pijamas también van de Erasmus ya que si echas a lavar uno del Servicio Galego de Saude pueden devolverte otro del Servicio de Salud de Castilla y León, que escuchar "paciente independiente, orientado y colaborador" puede producir más placer que el satisfyer y que a final de mes una enfermera con turno de noche ha visto más lunas que Joseba el de Carglass.
Bienvenidos una vez más al mundo de Enfermera Saturada, porque ya sabemos que el humor no cura las heridas... pero las hace más soportables.
Si no tienes claro si una enfermera que pincha en el turno de noche es una DJ. Si estás convencido de que la persona que inventa el tamaño de las pastillas no es buena persona. Si no soportas a las señoras que te dicen en qué vena tienes que pincharlas, este es tu libro.
La crítica ha dicho...
«Enfermera Saturada, el tuitero gallego que te cuenta lo que no sabes de los hospitales.» El Español.
«Su autor consigue lo que parece imposible, describir con humor la precaria situación de la enfermería española.» Cadena SER.
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