domingo, 6 de marzo de 2022

AION A: Emma Kunz, el dibujo sanador

 


En tiempos de pandemia, poca broma con las pseudociencias. Si Emma Kunz (Suiza, 1892-1963) viviera hoy, yo jamás recomendaría a nadie que se pusiera en sus manos en caso de enfermedad. Pero la esfera cultural aplica un punto de vista más amigable a esta curandera y artista cuya consideración no ha dejado de crecer en las últimas décadas como resultado de una suma de factores. Artistas y pensadores ven en ella un paradigma de la superación holística de las barreras entre formas de relación con el entorno: ciencia, espiritualidad, animismo, videncia… fusionadas en el campo abierto de la creación. 

La medicina ha reconocido el poder coadyuvante del arte en la sanación. La teoría feminista ha reivindicado las sabidurías tradicionales y el “conocimiento situado”, y la perspectiva de género ha abierto todo un ámbito de investigación en el que mujeres artistas con trayectorias atípicas como Kunz (o Hilma af Klint o Georgiana Houghton) son enaltecidas. Caldo de cultivo perfecto, por tanto, para que se cumpliera su vaticinio: su trabajo solo se entendería en el siglo XXI. 

  En realidad, ocurrió un poco antes. Un paciente suyo, Anton Meier, compró a compró a los sobrinos de Kunz 400 dibujos con los que creó un museo en Würenlos, junto a la cantera romana (propiedad de la familia de Meier) de la que ella sacaba la piedra para elaborar su Aion A, polvo con reconocidas propiedades antiinflamatorias. Y organizó en 1973 su primera exposición en la Aargauer Kunsthaus, de la que proviene esta muestra comisariada con tino por Yasmin Afschar, hasta hace poco conservadora en dicha institución. No se puede decir que Kunz haya sido ninguneada por el sistema del arte. Harald Szeemann (recuerden su Suiza visionaria en el Reina Sofía) y Massimiliano Gioni (que la destacó en El palacio enciclopédico, en la Bienal de Venecia) fueron sus máximos abogados pero, se piensa ahora, no le hicieron justicia al caracterizarla como outsider. Ese enfoque lo cambiaron Bice Curiger y Hans Ulrich Obrist ya en 1992, cuando, en el Centre Culturel Suisse de París, la pusieron en el punto de mira de 45 artistas vivos y clausuraron el debate sobre la “artisticidad” de una obra realizada sin instrucción ni intención (puramente) artística.

 


Emma Kunz
se consideraba “investigadora” y su comunidad, sobre todo desde que se instaló en Waldstatt en 1951, fue la de los médicos y farmacéuticos alternativos. Sus dibujos son patrones energéticos que emiten “ondas de forma” con potencialidad terapéutica. Los realizaba para encontrar solución a preguntas concretas (no sabemos cuáles), relacionadas con la salud o la vida espiritual. Durante la noche, en largas sesiones y usando, sobre una mesa, un péndulo de plata y jade para fijar la estructura básica –practicaba la radiestesia– ejecutaba en papel milimetrado composiciones geométricas que sus pacientes debían contemplar prolongadamente. 

Se ha señalado su parentesco con mandalas y yantras, y se podrían buscar coincidencias con el concretismo, que tuvo éxito en Suiza a través de Max Bill… pero parece que no supo casi nada de los debates artísticos de la época, a pesar de que fue durante años ama de llaves de un pintor, Jakob Welti. Más interesante resulta, a nivel formal, que su padre fuera tejedor y ella trabajara durante un tiempo en una fábrica textil, pues hay algo de “hilatura” en su grafía y de superposición de urdimbres en su construcción de espacios. 

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 Emma Kunz Zentrum 

The Emma Kunz Centre is situated at the source of AION A, in the Roman Quarries of Würenlos. It was founded in 1986 by Anton C. Meier (1936-2017) in order to preserve the findings of Emma Kunz, the results of her research and the collection of her works of art for posterity. A further aim was to extract the healing rock, AION A, which Emma Kunz had discovered and to make it available to mankind. 

Thus, her innermost desire was fulfilled that a meeting place should be established at the very source of her power where cultural, intellectual and healing works could be brought together. 


In the meantime, the Museum and the Grotto have become a desirable aim for visitors whether as individuals or in groups or in associations. Medically qualified and interested laymen may attend day seminars at the Emma Kunz Centre. In addition guided tours for groups are available. 

 Anyone who enter the Emma Kunz Centre immediately notices a profound feeling of peace and quiet. It is as if one leaves behind at the entrance the worldly, weighty and worrying problems of hectic everyday life, in order to immerse oneself in the sphere of a subtly working, intellectual power.


La investigadora descubrió campos de energía en una cantera romana y las propiedades curativas de una roca a la que llamó AION A, que aún hoy se vende en las farmacias suizas

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