“Estamos capacitados para crear nuevos elixires de longevidad”
López-Otín
El sueño del tiempo surge de la constatación de que, aunque la física y la filosofía nos enseñan que el flujo del tiempo puede ser solo una fantasía creada por nuestra mente, el tiempo biológico vive en nosotros y nosotros vivimos en el tiempo del mundo.
Además, los avances tecnológicos en la frontera de las ciencias nos han llevado a cuestionar una serie de principios sobre el sentido del tiempo que se tenían como inmutables y estaban grabados en la piedra del conocimiento, y que ahora se agrietan y se difuminan hasta desvanecerse.
En este libro reconstruiremos la larga historia del tiempo, desde su origen hasta la actualidad, y exploraremos su impacto sobre el envejecimiento y la longevidad. Abordaremos las enfermedades asociadas con la pérdida de la noción de la temporalidad y describiremos las posibilidades que la ciencia ofrece para ralentizar los efectos del avance del tiempo. Finalmente, nos plantearemos si la especie humana, pese a su evidente vulnerabilidad, puede crear nuevos elixires de longevidad y caminar hacia alguna forma de inmortalidad física que otros organismos parecen haber alcanzado.
Carlos López Otín desgrana las claves de la longevidad
El científico publica junto a Guido Kroemer 'El sueño del tiempo', un ensayo sobre el envejecimiento
“Hace casi cinco mil años, un deslumbrante pionero de las técnicas de publicidad actual sobre el antienvejecimiento escribió en Egipto una frase inmortal (...):
‘Recubra la piel con este ungüento y suprimirá todas las arrugas de la cara; cuando la carne haya quedado bien impregnada, se le embellecerá la piel y desaparecerán todas las manchas y las irregularidades; eficacia garantizada por infinidad de casos’.
Este histórico texto, que llegó a nuestras manos tras ser copiado en el famoso Papiro de Smith, está redactado con escritura hierática (una escritura hecha a base de jeroglíficos rápidos y sencillos, y que es una curiosa precursora de los mensajes redactados en nuestros teléfonos móviles). Se trata de uno de los documentos médicos más antiguos que se conservan hoy día”. –
“La gran mayoría de las enfermedades del tiempo tiene su origen en el cerebro, lo cual parece lógico porque en esta voluminosa masa temblorosa, gris y blanda se encuentran los relojes maestros y también blandos de nuestro cuerpo, incluido el cronómetro central supraquiasmático del que emanan múltiples señales que marcan nuestros ritmos metabólicos, digestivos, respiratorios, cardíacos y hasta emocionales”.
Ver también:
Ratón de biblioteca: La vida en cuatro letras / Carlos López Otín
No hay comentarios:
Publicar un comentario