viernes, 10 de enero de 2020

Ratón de biblioteca: El farmacéutico de Auschwitz / Patricia Posner







Victor Capesius fue uno de los asesinos más siniestros y desconocidos de la brutal maquinaria del Tercer Reich: custodiaba la reserva nazi de gas Zyklon B y proporcionaba fármacos a médicos del régimen para llevar a cabo experimentos espantosos y mortales en mujeres embarazadas y niños. Posner estudia su paso como vendedor por la industria farmacéutica, su posterior incorporación al nazismo, su ascenso como siniestra figura en los campos de concentración y el tortuoso proceso que llevó a su captura y condena en los juicios de Auschwitz.


Victor Capesius fue más que el farmacéutico del campo de exterminio. 
Colaboró con los experimentos de Mengele, custodió el gas letal y hasta robó los dientes de oro a miles de muertos. Su fulminante libertad causó conmoción en Alemania.

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En 1968, Victor Capesius y su familia acudieron a un concierto de música en Göppingen. Era su primera aparición pública tras haber pasado 30 meses en la cárcel. Al entrar en la sala, el público se levantó espontáneamente y le aplaudió como si estuviera ante un virtuoso del violín.

En realidad, el aplauso estaba dedicado a un virtuoso de la infamia.

A pesar de la desnazificación emprendida en Alemania tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los tipos como Capesius no eran marginados: al contrario, gozaban de cierto prestigio social. El ciudadano de a pie los veía como víctimas de un sistema que impartía justicia a trazos gruesos, sin contexto.

Caepsius no era a sus ojos un jerarca nazi que había llevado al país hacia la destrucción. Tan sólo era un funcionario competente que había obedecido órdenes, en un lugar y en un momento de la historia equivocados.

El lugar: Auschwitz. El momento: de diciembre de 1943 a enero de 1945. Poco más de un año en la vida de alguien que llegó a los 78.

DE CIUDADANO EJEMPLAR A PSICÓPATA

En aquel momento era un ciudadano ejemplar que pagaba sus impuestos y tenía una farmacia y una tienda de cosméticos. Un representante del milagro económico con el que Alemania occidental asombraba al mundo.

El hombre que fue aplaudido en 1968 había trabajado en su país natal, Rumanía, antes de la guerra como representante de ventas en laboratorios como Bayer y en la matriz del conglomerado industrial IG Farben
Étnicamente alemán, combatió con el ejército rumano hasta que la alianza con Hitler le introdujo en la maquinaria del Tercer Reich.(Más)

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