“Las CRISPR fueron descubiertas en procariotas por Francis Mojica en 1993. Su uso como herramientas de edición genética en células eucariotas se demostró por primera vez en 2013; lo hicieron Feng Zhang y George Church, de forma independiente, 20 años después. Puede que tengamos que esperar otros tantos años para disponer de aplicaciones terapéuticas aprobadas basadas en alguna de las versiones CRISPR hoy disponibles. [Las] basadas en los editores de bases [son] la apuesta de futuro de las CRISPR en biomedicina. Esperemos que se conviertan en realidad más pronto que tarde, pero siempre tras pasar todas las validaciones necesarias. Paciencia, perseverancia y humildad”.
La verdad, estaba impaciente por disfrutar del libro de Lluís Montoliu, “Editando genes: recorta, pega y colorea. Las maravillosas herramientas CRISPR”, Next-Door (2019) [pp. 434]. Y no me ha defraudado. Una presentación detallada de las herramientas CRISPR-Cas9 al hilo de la propia historia investigadora del autor, sin olvidar la historia de los investigadores que han sido protagonistas de esta revolución. Un libro muy bien escrito, con bien ritmo, que he disfrutado desde el principio. Aunque a veces recuerda a los maestros ‘a la vieja usanza’, pues repite una y otra vez los conceptos básicos, así como el papel clave de Mojica, para que el lector no los olvide, en ningún momento se hace pesado. Sin lugar a dudas, un libro muy recomendable.
Te recuerdo que Lluís Montoliu es doctor en biología e investiga en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), Madrid, en albinismo y enfermedades raras usando, desde hace un lustro, las herramientas CRISPR-Cas9. Mantiene la recomendable página web The CRISPR page at CNB, con información actualizada sobre etas herramientas.
Además, atesora una enorme labor divulgativa difundiendo el descubrimiento de Mojica y las aplicaciones de las CRISPR.
Por cierto, nos habla de su libro en “Todo lo que siempre quisiste saber sobre la edición genética y las herramientas CRISPR”, Naukas, 13 Feb 2019.
El libro nos presenta 17 capítulos, a cada cual más interesante. Tras el índice, el prefacio, “Serendipia de principio a fin” [pp. 13-20], nos recuerda que “el descubrimiento de las herramientas CRISPR (clustered regularly interspaced short palindromic repeats, repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas) de edición genética tiene por supuesto su buena dosis de serendipia”.
El propio autor se inició en estas técnicas por pura serendipia gracias “a un joven investigador italiano, Davide Seruggia” que fue su doctorando y las aprendió gracias a Pawel Pelczar, experto en las herramientas TALEN que cambió a las CRISPR porque “son lo menos diez veces mejores”.
Tomé "prestado" de: La Ciencia de la Mula Francis El blog de Francisco R. Villatoro (Más)
Ver también:
CRISPR terapia para la "eterna juventud".
No hay comentarios:
Publicar un comentario