Radiografía de un derecho
en todo el planeta no usa
los anticonceptivos que necesita.
Analizamos cómo se ejerce este derecho
y cómo los efectos secundarios,
el machismo, las creencias
y las imposiciones de terceros
lo vulneran.
LAS CLAVES
En el mundo, los métodos anticonceptivos más habituales son el DIU (21,5%), la píldora (13,9%) y la esterilización femenina (30,1%). En cambio, la esterilización masculina es muy minoritaria (3,7%).
La planificación familiar -elegir si se quiere tener hijos, cuándo y cómo- es un derecho, pero 12 de cada 100 mujeres sexualmente activas de 15 a 49 años no pueden ejercerlo.
Las necesidades no cubiertas se dan en países de todo rango, de Estados Unidos a Albania, pero en naciones menos desarrolladas el problema casi duplica la mediana mundial.
Las principales barreras al uso de anticonceptivos son el miedo a los efectos secundarios y la oposición, propia o impuesta.
La religión sigue siendo una barrera al uso de anticonceptivos: su veto puede presentarse en una consulta ginecológica en Israel, en una farmacia de México o en una clase de educación sexual en Senegal, bajo la supervisión del imán.
Los tres grandes credos monoteístas abren la puerta a los anticonceptivos en casos excepcionales, pero la libertad de elección de la mujer queda relegada: la interpretación de las escrituras es cosa de hombres.
Mujeres de todo el mundo toman la palabra para explicar qué métodos anticonceptivos conocen, cuáles usan y qué factores han condicionado en su elección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario