miércoles, 5 de septiembre de 2018

Cuando el Brexit nos alcance...

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Juan Marqués
Tanto los laboratorios como las propias agencias reguladoras se encuentran desbordados ante la carrera de obstáculos normativos y comerciales que tienen por delante y la incertidumbre de no disponer de un marco legal de actuación futuro. El primer problema es administrativo. 
La EFPIA, la patronal europea de la industria farmacéutica innovadora, calcula que las compañías radicadas en el Reino Unido tienen la autorización de comercialización en la UE de cerca de 2.400 medicamentos, unas licencias que deberán transferirse a otro Estado miembro si quieren que los productos sigan siendo distribuidos en la Unión. 

14.000 millones de euros al año 

Los intercambios comerciales son además millonarios. El Reino Unido exporta 45 millones de envases farmacéuticos cada mes a la Unión Europea por un valor de 14.000 millones de euros al año e importa del bloque comunitario 37 millones de envases mensuales que tienen un valor anual de mercado de 9.000 millones de euros. 

Pero más allá de las relaciones comerciales, preocupan los pacientes porque los medicamentos no son mercancía cualquiera. Y es que, en el caso de una salida abrupta de la Unión, sin acuerdo, podría ponerse en riesgo el acceso de los pacientes a medicamentos tan básicos como radiofármacos, ya que los titulares de las autorizaciones de comercialización tienen que estar instalados en algún Estado miembro, como bien ha recordado la directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, Iciar Sanz de Madrid, durante una reciente jornada. 

Asegurar el máximo nivel de cooperación y de convergencia regulatoria con el Reino Unido es esencial para evitar que la salida de este país de la Unión Europea pueda generar problemas de acceso a los medicamentos, distorsiones de la cadena de suministro a ambos lados del Canal de la Mancha u obstáculos a la I+D de los nuevos fármacos, entre otros riesgos”, advierten desde Farmaindustria

Y es que “es muy importante evitar una eventual desconexión abrupta del Reino Unido de la Unión Europea, sin acuerdo comercial ni periodo transitorio, ya que podría derivar en una situación de caos regulatorio que no beneficiaría ni a la investigación, desarrollo, fabricación, distribución y control de los nuevos medicamentos entre ambas partes ni al acceso de los pacientes europeos a las innovaciones”, sostiene Iciar Sanz de Madrid. Hay que tener en cuenta que, sin acuerdo, las relaciones comerciales entre la Unión y el Reino Unido estarían sometidas a las reglas de la MERCADO ÚNICO Organización Mundial del Comercio, es decir, todos los medicamentos estarían sujetos a aranceles y serían retenidos en aduanas con sus demoras de control. (Más)

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