Seguro que esa es la opinión de John y Aileen Crowley, la pareja en cuya historia real está basada la película, después del suplicio que pasaron para salvar la vida de sus dos hijos enfermos. Pero, si atendemos a algo más allá de una mera labor de visibilidad propagandística, es imposible salvar a 'Decisiones extremas' como relato cinematográfico. A la puesta en escena televisiva se le suma un desacertado reparto con Brendan Fraser incapaz de levantar una interpretación dramática y con Harrison Ford tan desorientado como se ha demostrado en sus trabajos de la última década.
A favor: Sólo el valor instrumental para dar a conocer la enfermedad de Pompe e impulsar la investigación médica para su tratamiento.
En contra: Manipulación lacrimal masiva. (Ver)
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