La invasión de la próstata...
Las ciudades, calles, estaciones se inundan de mensajes de advertencia. La próstata es el protagonista de ellos, se vuelve importante en nuestras vidas. O, al menos, eso pretenden.
Glaxo al frente...
En una de "sponsorismo puro y duro"
Y "Marketing de guerrilla"
Mi amiga de años gloriosos (autora de mi avatar) de blogosferas sanitarias, Mónica Lalanda, es autora de un "post" (en "médico a cuadros") que me resisto a no publicar.
Su..."Homenaje a la próstata", amiga, querida, inconsciente e irresponsable, descerebrada e ignorante, admirada, sufrida, insensata, delicada y amadísima.
Incluso la mia...
Me incluyo.
Este:
Amigas próstatas (y señores que vivís alrededor de cada una de ellas), vosotras sí que importáis. Los andenes de estaciones y los centros de salud de Madrid se van inundados de carteles que os devuelven esa autoestima que habíais perdido.
Queridas próstatas de más de 40 años que vais por la vida así, locas, despreocupadas y alegres, sois unas próstatas inconscientes e irresponsables.
Vosotras sabéis desde hace generaciones y generaciones que vuestros dueños a partir de cierta edad se levantan a hacer pis por la noche y ríen el hecho de que al mear contra una pared se salpican los zapatos. Lo venís aceptando como parte de la evolución normal en la vida del hombre en el que os alojáis. Se llama “ir envejeciendo”, no es una enfermedad y no suele ser un problema y cuando se convierte en problema sois las primeras en saberlo. Pero eso es solo porque sois unas próstatas descerebradas e ignorantes. Si tuvierais dos dedos de próstata sabríais que a esto se le puede dar un nombre: hiperplasia benigna de próstata, se lo puede colocar sobre fondo color rojo-preocupante y usarlo para alarmar a diestro y siniestro.
Admiradas próstatas que vais de acá para allá sin haber pensado nunca en acudir al médico porque simplemente no consideráis que tenéis un problema. ¡Rápido, buscad uno sin demora, lo vuestro es gravísimo! Imaginaos, el 90% de las personas de mas de 80 años lo tienen, es por tanto una rareza, una verdadera enfermedad y grave, muy grave, quien sabe cuantas se convertirán en cáncer.
Sufridas próstatas, hay que miraros la PSA (aunque en el resto del mundo se sepa ya que no hay evidencia científica para seguir haciéndolo) y hay que palparos pero sobre todo, hay que buscar una solución a ese NO-problema que NO os molesta y en el NO habíais reparado. Insensatas próstatas, eso es lo que sois. Si estáis o no sanas, no es algo que podáis decidir vosotras simples cachitos de ser humano, lo tiene que decir la industria farmaceútica un médico.
Menos mal que una compañía que vende un potingue y una serie de sociedades científicas que saben que ese potingue es de dudoso efecto, todos acompañados por los políticos de turno que ocupan la Consejería de sanidad han salido a buscaros. Vosotras, delicadas próstatas sí que tenéis suerte. Ese dinerillo que podía haberse gastado en campañas de auto cuidados o de llamada de atención sobre síntomas de ictus o de infarto o de cómo usar bien el sistema sanitario es para vosotras, enfermas sin saberlo. Esto, amadísimas próstatas, no es una campaña de salud, es un intercambio comercial, es puro mercantilismo. Vosotras sois imprescindibles para muchos bolsillos, vosotras próstatas pertinaces, inevitables golosas; vosotras……. sí importáis.
PS: si entrais en la página web de la campaña y haceis el test que os ofrece, vereis que incluso con cero síntomas considerándoos “encantados” con vuestra situación, os aconseja haceroslo mirar……¿a qué estais esperando?
Así lo ve también Javier Padilla ("Médico crítico").
Titula:
Tu próstata SÍ importa... sobre todo a la industria farmacéutica
Tienes 49 años, sales del trabajo, estás cansado de toda la semana. Te montas en el tren, llegas a tu estación y al bajarte ves un enorme cartel como el de la foto.
"La próstata SÍ importa", piensas... y miras quién es el responsable de esa campaña... Unas cuantas sociedades científicas de medicina y la mismísima consejería de salud de la Comunidad de Madrid... además reparas (o no) en que en la esquina inferior derecha hay un logo... GSK... no sabes qué empresa es esa, pero bueno, alguien que les habrá ayudado económicamente para que no nos gastemos dinero público en estas cosas... está bien.
Llegas a casa y tu hija te dice que ha visto un cartel en la estación de Cercanías... que eso de la próstata cree que es lo que puede hacer que te cueste un poco empezar a orinar o que te levantes una vez por la noche...
Paralelamente, tu médica de familia va camino del trabajo; al bajarse en la estación de tren ha visto el cartel de la fotografía de arriba y ha pensado "a ver, ahora avalancha de pacientes con problemas de próstata en la consulta" (porque de estos fenómenos tiene bien cargada su experiencia profesional... promoción de enfermedades lo llaman) y recuerda que la sociedad científica a la que ella pertenece le recomendó un documento sobre Hiperplasia Benigna de Próstata recientemente... va a leerlo...
"Criterios de derivación en HBP para AP 3.0"... y firmado por las mismas sociedades científicas que el cartel que estaba en la estación de tren...
La médica no repara (o sí) en que la última página del documento dice lo siguiente:
En efecto... el mismo logo patrocinador de la campaña que también venía avalada por la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid.
GSK... GlaxoSmithKline... la empresa farmacéutica comercializadora del Duodart (tamsulosina+dutasterida), que es la única forma que tiene la médica de familia de nuestra historia de poder mandar un tratamiento asociando alfabloqueante+5-ARI sin tener que pasar por la inspección médica y que ha tenido últimamente algún que otro problema por asuntos de corrupción; en esa noticia de El Mundo se puede leer lo siguiente:
Según las últimas alegaciones, GSK habría pagado a médicos rumanos cientos, y en algunos casos, miles de euros, entre los años 2009 y 2012 a cambio de que prescribieran sus medicinas, incluyendo los tratamientos para la próstata "Avodar" y "Duodart" y "Requip para el parkinson".
Cuando se habla de recomendar tratamientos y de la salud de la población no solo hay que ser honrado, sino que además hay que parecerlo. Ningún documento sustentado en el músculo financiero de la industria farmacéutica debería tener el apoyo de sociedades científicas y muchísimo menos de una institución pública, porque la higiene transparente que tanto se exige a las instituciones públicas debe expandirse como una exigencia en los ámbitos de ejercicio de la profesión.
El círculo se cierra, desde el señor que camina de vuelta al trabajo hasta la médica que recibe información que por muy objetiva que pretenda ser viene manchada del velo turbio de su financiación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario