¿Esos fármacos se recetan y alguien los toma? Por supuesto. Están comercializados. Se exageran síntomas de enfermedades y los médicos recetan en consecuencia. Por ejemplo, ponen en tratamiento con antidepresivos a personas a las que se les ha muerto un familiar y prolongan el duelo más de 15 días. O la ya conocida medicación masiva de personas con hipertensión ligera, colesterol por encima de unos niveles cambiantes, cuando se sabe que el colesterol protege las neuronas… Todo eso es prescindible.
Ver:
Joan-Ramon Laporte en: "Enganchados a las píldoras..."
¿Un ejemplo de medicación innecesaria? La diabetes es un buen ejemplo. Es la enfermedad que en estos momentos mueve más dinero, globalmente hablando, por el número de personas tratadas. En relación al coste individual de las sustancias, les ganan los medicamentos contra el cáncer. Se están comercializando multitud de fármacos hipoglucemiantes, dirigidos a los diagnosticados de diabetes tipo dos, la de los adultos, que no tienen un efecto práctico probado, ni eficacia demostrada sobre los niveles de glucosa.
¿Con qué consecuencias? Causan numerosos efectos indeseados. Los medicamentos pueden provocar cualquier tipo de enfermedad: infarto, arritmias, hipertensión, alteraciones neurológicas… Estudios de EUU, Francia, Alemania y España constataron que los medicamentos son la cuarta causa de muerte en Occidente, después del infarto, el ictus cerebral y los cánceres.
La Agencia Española del Medicamento, que es el organismo que autoriza la comercialización de fármacos en España, traslada la evaluación de los nuevos fármacos a las sociedades científicas [de Cardiología, de Neurología, de Pediatría], pero estas sociedades sobreviven gracias a la financiación de los laboratorios farmacéuticos. (Más)
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