viernes, 11 de diciembre de 2015

Pfizer & Allergan: Sexo oral empresarial


La primera farmacéutica une Pfizer y Allergan, fabricantes de Viagra y Botox, lo que confirma, como viene avanzando la pornografía desde hace décadas, el triunfo del sexo oral. Las multinacionales de la turgencia del pene y de los labios exhiben su unión ante el mundo. Tienen otros productos en su catálogo, pero son conocidas y grandes por estos dos, relacionados con lo morboso en el sentido menos literal de enfermizo. La aplicación de esos productos da más morbo del que quita. 

Las dos empresas, llamadas globales, son estadounidenses y consuman en Irlanda esta práctica llamada francesa. Lo que excitó a las multinacionales para acoplarse fue la bajada fiscal, el punto G del neoliberalismo hallado en los ochenta en las relaciones transoceánicas de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, de inicio de la revolución sexual de la Economía promiscua, insaciable y desprejuiciada respecto a los orificios practicables. Irlanda excita a las multinacionales por su alta producción de baja fiscalidad en un entorno seguro, anglófono, occidental y cristiano. 

El resultado de esta felación empresarial es un valor de 272.000 millones de euros, 110.000 empleados y una facturación anual de 60.000 millones. Los tres años siguientes no necesitarán vender muchas más píldoras azules ni toxina botulínica de tipo A para uso estético porque ya han calculado una reducción de 2.000 millones de dólares de su gasto base. Una buena cantidad que se quedan ellos y detraen a la comunidad. Como hacen negocio con el conjunto de los estadounidenses dejando de pagar unos servicios que seguirán utilizando, en la carrera a las primarias estadounidenses se escandalizan incluso patriotas antifiscales como Donald Trump, que califica la fusión oral de antipatriótica. En Irlanda puede que reduzcan empleo. Pero eso son cosas de gente. Y la gente les hace lo mismo que el sexo oral. 

Javier Cuervo LNE 02.12.2015

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