viernes, 26 de diciembre de 2014

Ratón de biblioteca: Lidiando con sombras Antología de Fr.Benito Jerónimo Feijoo / Elena de Lorenzo A.






En el 250 aniversario de la muerte de Fr.Benito J. Feijoo...

 Una antología de Feijoo siempre es necesaria, porque es improbable que los lectores (lectores, no estudiosos) afronten por sí mismos la lectura de los tres centenares de ensayos que suman los nueve tomos del Teatro crítico universal y los cinco de las Cartas eruditas y curiosas. 

Aunque parezca extraño, la figura de referencia de la primera Ilustración española, que fue además el best seller del siglo XVIIII, con tiradas de 3.000 ejemplares y hasta 300.000 en circulación, no cuenta hoy con una antología disponible que tome como base todos sus escritos, ni siquiera todos sus ensayos. 

El 250 aniversario de la muerte de Feijoo, que se cumple este año 2014, es buena razón para la antología de una obra generada íntegramente desde Asturias que, vista en su conjunto, supone el principal legado de la primera Ilustración española. «La mayor parte de mi vida he estado lidiando con estas sombras; porque muy temprano empecé a conocer que lo eran», dirá él mismo para definir su tarea crítica y la batalla cultural que emprendía. Una tarea de desengaño de errores comunes dirigida por primera vez a un amplio público no especializado que podía liberarse de los prejuicios, fueran costumbres sancionadas por la tradición, creencias ligadas a una concepción mágico-religiosa del mundo, conocimientos refrendados por los viejos sistemas filosóficos de corte aristotélico o milagrerías alentadas desde el ámbito eclesiástico.(Más)

De las 
Cartas eruditas y curiosas / Tomo primero Carta Décimo séptima De la Medicina Transplantatoria:

Juzgo que se deben distinguir dos especies de curaciones Transplantatorias; aunque Curvo, y otros las confunden. La primera es aquélla, en que precisamente, por medio del contacto, se transfiere la enfermedad, o ciertos tenues efluvios, de quienes pende la enfermedad, de un cuerpo a otro. La segunda es en la que la enfermedad se transfiere, o quita mediante alguna inmutación, que se hace en algún cuerpo forastero, y distante: de modo, que aunque haya precedido contacto de éste con el cuerpo doliente, no convalece éste hasta que haya aquella inmutación. La primera puede llamarse curación Magnética, la segunda Simpática. Pero aun la primera se puede subdividir en otras dos: una, en que la Transplantación se hace por contacto inmediato del cuerpo doliente con el sano: otra, que se hace por contacto mediato; esto es, mediante el contacto de alguna cosa extraída del cuerpo doliente, con el otro cuerpo adonde ha de transmigrar la enfermedad.

  1. .A la primera especie pertenece lo primero la curación del panarizo, metiendo el dedo doliente en la oreja de un gato. Riverio, en la Centuria cuarta de sus Observaciones, refiere dos casos, en que se curó por este medio el panarizo: uno en la Observación 19, y en que dentro de un cuarto de hora se logró la curación: otro en la Observación 63, en que dentro de dos horas se quitó el dolor. La inquietud, y gritería del gato en uno, y otro caso hizo probable, para los circunstantes, que el dolor del dedo había pasado a su oreja. 
  2. .Lo segundo, la curación de la cólica, y de la gota, aplicando al abdomen, y a los pies unos cachorrillos. Etmulero propone este remedio, citando al Bartholino, el cual, entre otros casos, refiere, que un tío suyo, que padecía cólica, habiendo aplicado un cachorrillo al abdomen desnudo, se alivió del dolor, transfiriéndole al perro, porque éste mostró luego grande inquietud, y llegó a vomitar. Parece que Etmulero al dar esta noticia, prefiere los perros, que llaman de Malta, a los demás. Cita también Etmulero a Borello, el cual observó claudicar después los cachorros, que se aplicaron a los pies de los gotosos. 
  3. .Lo tercero, la curación de la gota coral, que escribe Joelio Langelot, citado por Curvo, logró una moza, transplantándola a una perrilla, que dormía con ella en la cama. 
  4. .Lo cuarto, la que cuenta Waltero Brunero, citado por el mismo Curvo, que hizo en una mujer sujeta a accidentes epilépticos. Cogió una tórtola, y desplumada por el pecho, y vientre, la aplico al abdomen de la mujer por espacio de un cuarto de hora: hecho lo cual dejó volar la tórtola, y la mujer no padeció en adelante accidente alguno.
  5. .Lo quinto, se puede reducir a la misma especie la comunicación de una enfermedad por medio de un espejo. A este propósito refiere Curvo observaciones suyas, de sujetos que mirándose en un espejo, en que antes se habían mirado personas, que tenían el cutis de la cara afeado con postillas, botones, o clavos, contrajeron en el semblante los mismos vicios. Alega sobre lo mismo a Webero, que dice, que de este modo se puede comunicar la lúe venérea mediante un espejo; y lo que es más, aun las torpes inclinaciones de sujetos viciosos, que se miraron en un espejo, afirma que se pueden contraer por los que después se miran en el mismo.
    Cartas eruditas y curiosas/Tomo primero Carta séptima De la MedicinaTransplatatoria

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