Emma Cano
Enfermo doliente y soledad
"Médicos, enfermeras, acostumbrados a tocar la miseria del hombre, se pasean dando recetas, consejos, derrochando ternura y comprensión. Son capaces de combinar esa suerte de amor que profesan a la humanidad, con una especie de distancia que les protege del contagio del dolor de otros. Con todo, se angustian, sufren, se encariñan con los pacientes, con los que a veces establecen una verdadera relación de amistad.
El equipo de trauma
La enfermedad nos hace más conscientes de que la vida es tan maravillosa como frágil. Enfrentarse a esa fragilidad nos ayuda a continuar. Vivimos con la muerte echándonos vaho en la nuca. Disfrutemos mientras podamos. No hay una segunda oportunidad. Estos meses he aprendido que es inútil esconderse del dolor y la muerte como si fueran ajenos a nosotros, y no parte de nuestra esencia como seres humanos.
El último viaje
He agrupado los cuadros del catálogo en cuatro bloques temáticos, cada uno definido por la palabra que mejor concentra lo que más me ha impresionado a lo largo de este año: Entrega, Espera, Rutina, Vida.
Cirujana en el pasillo.
Como en un juego ilimitado, releo esta elección de palabras y me evoca otra, igualmente válida e intensa para describir lo que he sentido: amor, incertidumbre, esperanza, trabajo… Combínense como se desee. Lo único que espero es haber podido transmitir con mi pintura una ínfima parte de la brutalidad, el amor y la humanidad que se me regaló al hacer este trabajo”.
Luz en Hipocratia de Emma Cano
Oviedo, del 3 al 18 de octubre
Palacio Conde Toreno
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