En la primera, quien atiende en el mostrador le lee una “carta de amor” a una cliente senior, que en realidad resulta ser la propia receta ampliada, por su médico enamorado.
En la segunda un joven con problemas sensibles le atribuye su situación a un primo y es así que consigue el consejo del farmacéutico que le habla como profesional y a la vez como amigo.
En la tercera un hombre aduce tener problemas de memoria, pero ante la repregunta de su interlocutor, parece que su falta de memoria no es tal.
Esta iniciativa de posicionamiento profesional, en donde se pone en juego la cuerda de la emoción, no es la primera de la compañía. Sin embargo, marca un paso diferente al de sus campañas asociadas a su estrategia cerca del precio y por tanto a sus promociones y su batería de ofertas.
Gracias a Cristina Kroll / PharmaBITZ
Sin embargo es bueno saber que...
Denuncian que Farmacity sigue sin respetar los derechos de sus empleados por lo que “peligra la libertad sindical”
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