Un asesino a sueldo que no asesina en una película de
carreteras, perros y pistolas.
En la última planta de un hospital un español que ha echado media vida en Argentina se da cuenta de que se muere. Este viejo asesino a sueldo -seco y divertido, tierno- se escapa con un feliz cargamento de morfina, y emprende un viaje hacia el norte, a ninguna parte. Una chica que encuentra en la carretera será su fiel escudera a lo largo de dos mil kilómetros de comedia negra.
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