miércoles, 18 de noviembre de 2009

Haciendo "patente" el desacuerdo sobre patentes (II)

"Las patentes fomentan el I+D+i, pero como el regulador pide tanto papeleo para garantizar la seguridad del medicamento, no hay tiempo para recuperar la inversión", dice José María Fernández, presidente de PharmaMar. "Durante el tiempo que queda la mayoría intenta recuperarla encareciendo el fármaco. Esto implica una sanidad más cara, el freno de la I+D+i y el retraso en la salida del genérico".

Su solución, ampliar la protección a más de 20 años.


El debate "no está en la agenda", dice Humberto Arnés, presidente de Farmaindustria. "Las patentes son vitales para el éxito del mercado europeo y para fomentar la innovación y el empleo. De cada molécula que llega al mercado se investigan 10.000. El resto no soporta las evaluaciones sanitarias. Sin patentes no hay recompensa para el inventor. Son más importantes que las ayudas fiscales y subvenciones. Uno de los principios fundamentales de la economía de mercado se basa en la libre competencia. La patente es la única excepción, porque posibilita el progreso científico-técnico fundamental para aumentar el bienestar social".

"Nada más lejos de la realidad", replica Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, presidente de la asociación española de medicamentos genéricos (AESEG). "No somos competidores sino complementarios. Ellos innovan y tienen 20 años de exclusividad. Luego nosotros ofrecemos el mismo producto, que pasa iguales controles sanitarios, entre un 30% y un 50% más barato. Los beneficiarios son el ciudadano, la sociedad y las autoridades sanitarias, que reducen el gasto farmacéutico".


Rodríguez insiste: "Son ellos quienes urden estrategias para retrasar nuestra salida. No sólo patentan el principio activo, el invento, sino elementos que lo rodean. ¿Cómo se explica que un medicamento tenga 1.200 patentes?".


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