sábado, 16 de mayo de 2009

Colombia: «Adiós morenita me voy por la madrugada/ no quiero que me llores porque me da dolor». Se nos fué Escalona. Dejó "El Testamento" ...


"Adios morenita me voy por la madrugada..."


Ahora no lo encontraremos sino dentro de "Cien años de soledad"...


o, en "La casa en el aire"...




No sabía escribir una nota musical ni tocaba ningún instrumento, pero fue uno de los compositores más célebres del Caribe.
El verdadero rey del vallenato, género al que dotó del toque culto que lo internacionalizó. Rafael Escalona, autor de canciones que han incorporado a sus repertorios Carlos Vives y Juanes, murió ayer, pocos días antes de cumplir 82 años, víctima de un cáncer.

Escalona, nacido en la localidad colombiana de Patillal, había recibido numerosos homenajes, hasta un Grammy de honor, pero su mayor orgullo era haberse convertido en un personaje de 'Cien años de soledad', la obra mayor de su amigo del alma Gabriel García Márquez. .../...

Lo vivió todo con enorme intensidad. También el amor. Se casó muy joven con 'La Mayte', que aparece en muchas de sus canciones, y el matrimonio duró décadas, pero lo simultaneó con tantas relaciones esporádicas que parece imposible contarlas. Fruto de esa azarosa vida sentimental es una prole de dimensiones inverosímiles: 36 hijos de orígenes muy distintos.
(Mas...)

Quim Ibarz, el más preclaro y conocedor de los periodistas hispanos en América latina publica, en La Vanguardia, un epitafio:

Escalona fue inmortalizado por Gabo en "Cien años de soledad", novela que el propio escritor describió como "un vallenato de 350 páginas". “Los cantos de Rafael Escalona, el sobrino del obispo", es la referencia que el Nobel colombiano le dedica en su libro más emblemático. En uno de sus tantos reconocimientos a Escalona, García Márquez escribió: "Al hombre que más admiro en el mundo, yo no soy capaz de componer letras como las suyas”.

Colombia le debe a Escalona las tonadas que relatan mágicamente amores, personajes y paisajes. El escritor Alberto Salcedo asegura que “oírle es una experiencia parecida a la lectura: es como si un narrador portentoso te echara un buen cuento. Hasta el músico más mediocre es capaz de componer una buena canción, pero no cualquiera logra forjar con su obra un universo poblado de personajes que sobreviven intactos en el imaginario colectivo”.
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En la costa caribe colombiana suenan a diario los conjuntos musicales que, con sus instrumentos básicos, representan el mestizaje racial: el acordeón europeo, la caja africana y la guacharaca (una caña metálica con estrías) que utilizaban los indígenas precolombinos.Y fueron esos instrumentos los que pusieron la música a las decenas de piezas de Escalona.




Concierto "Paz sin fronteras" (Colombia/Venezuela) Cúcuta 16/3/2008 Carlos Vives nos recuerda "El Testamento"



Y, a nosotros, solo nos quedará poder ir a buscarlo a su "Casa en el aire"...



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