"Dios ha dotado a las piedras preciosas de poderes
milagrosos. Socorren al hombre en cuerpo y alma,
repelen a Satanás y protegen a todos los seres vivos
de su maldad. Por eso, el diablo huye de las piedras
preciosas. Hacen que tiemble noche y día."
Santa Hildegarda von Bingen (Poderes curativos de la naturaleza)
h.1151 - 1158
La práctica de la sanación mediante el uso de esas piedras tiene una larga tradición. Plínio el viejo, escritor romano que pereció en Pompeya durante la erupción del Vesubio, en el año 79 d.c. escribió extensamente sobre las propiedades curativas de las gemas y los minerales en su Historia naturalis, enciclopedia de ciencias naturales . Más tarde , el papa Gregorio el Grande (h.540-604) y el monje benedictino conocido como el Venerable Beda (672/673-675), fundador de la historiografía y autor de De natura rerum, se unieron al círculo de "los enterados" del poder curativo de las piedras preciosas.
Durante la Edad Media, la primera persona en fomentar la práctica de este tipo de medicina alternativa fué una mujer religiosa santa Hildegarda von Bingen (1098-1179), abadesa que más tarde fué canonizada y que hoy es considerada como la primera mística alemana y una de las grandes mujeres de la Edad Media. Sus escritos se ocupan de la etiología de las enfermedades y el tratamiento de los enfermos, y mantuvo correspondencia con emperadores, reyes, papas y eruditos sobre este tema.
milagrosos. Socorren al hombre en cuerpo y alma,
repelen a Satanás y protegen a todos los seres vivos
de su maldad. Por eso, el diablo huye de las piedras
preciosas. Hacen que tiemble noche y día."
Santa Hildegarda von Bingen (Poderes curativos de la naturaleza)
h.1151 - 1158
La práctica de la sanación mediante el uso de esas piedras tiene una larga tradición. Plínio el viejo, escritor romano que pereció en Pompeya durante la erupción del Vesubio, en el año 79 d.c. escribió extensamente sobre las propiedades curativas de las gemas y los minerales en su Historia naturalis, enciclopedia de ciencias naturales . Más tarde , el papa Gregorio el Grande (h.540-604) y el monje benedictino conocido como el Venerable Beda (672/673-675), fundador de la historiografía y autor de De natura rerum, se unieron al círculo de "los enterados" del poder curativo de las piedras preciosas.
Durante la Edad Media, la primera persona en fomentar la práctica de este tipo de medicina alternativa fué una mujer religiosa santa Hildegarda von Bingen (1098-1179), abadesa que más tarde fué canonizada y que hoy es considerada como la primera mística alemana y una de las grandes mujeres de la Edad Media. Sus escritos se ocupan de la etiología de las enfermedades y el tratamiento de los enfermos, y mantuvo correspondencia con emperadores, reyes, papas y eruditos sobre este tema.
Entre los remedios naturales de Santa Hildegarda había infusiones de hierbas y elixiris destilados de metales o piedras preciosas disueltas en vino y según decía:
"Un enfermo de gota debe poner un diamante en vino durante todo un día y luego beber ese vino. La gota lo abandonará"
No obstante , hacia finales de la Edad Media la curación mediante piedras preciosas fué vista como brujería y magia negra y su práctica pareció amenzada de caer en el olvido.
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Hoy los remedios de santa Hildegarda, el resurgir de la medicina homeopática del siglo XIX, junto con la terapia de esencias florales desarrollada por el herbolario inglés Edward Bach, forman la base de un tipo de tratamiento médico defendido por los círculos New Age. Por añadidura, el conocimiento que Hildegarda tenía de los aspectos psicológicos de la enfermedad encuentran resonancia en la moderna medicina psicosomática.
En la ilustración la santa y visionaria aparece dictando una carta en su celda, cuyas columnas simbolizan el Viejo y el Nuevo Testamentos y sobre ella está el rayo de cinco lenguas de la inspiración divina.
Notas: Tomé "prestadas" de "Pinturas que cambiaron el mundo" (BBVA)
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