Foto: Pablo Pérez Solís
Cada mes de julio surge de la nada, en la ciudad de Gijón, una explosión de vida anárquica inmoderada, hermosa y libre, cultural y grasienta, rabiosamente humana pero con ecos mitológicos. Como esos circos misteriosos que llegan en medio de la noche a las ciudades del Oeste en los cuentos de Ray Bradbury, la Semana Negra se levanta de repente con un halo de misterio 8nunca se sabe en que parte de la ciudad estará el año próximo) y lleva a cabo el milagro de covertir una semana en nueve días.
Y ese es sólo el primero de sus prodigios. Pasen y verán un torrente de pasiones. Pasión por la literatura y por la vida, pasión por el fotoperiodismo y el cordero a la estaca, por las norias más altas y los comics más hermosos. Pasión por la tortilla de patatas y la música de Chopin, por Robin Hood y por los malabarismos que consiguen que la magia crezca el mismo año que todo mengua.
He asistido cada año a la Semana Negra desde hace muchos, buscando llenarme de maravilla los ojos y la mochila de libros, y conseguir alimento para el alma que me permitiera afrontar los fríos meses que no son julio. Y cada año he recibido más de lo que esperaba. En la estantería conservo varios ejemplares antiguos del diario A Quemarropa, todas las novelas de Hector Belascoarán Shayne (gracias, señor Taibo), un ejemplar muy viejo de Scaramouche, un puñado de comics de tercera mano, todos los Kaminskys de la Editorial Júcar. En la cabeza muchas más cosas.
Como dice Paco Ignacio Taibo II, director de la Semana Negra, “En tiempos oscuros la literatura parece ser el único lugar donde se produce pensamiento crítico y pensamiento utópico. Donde fracasa la geografía la novela descubre paisajes, nuevas fronteras, atmósferas urbanas; donde la ciencia política da nombres y cifras, la novela descubre nuevas clases sociales, cuenta sus vivencias cotidianas, las explica; donde la economía aparentemente analiza (todo el mundo sabe que los economistas, por una cuestión de principios, mienten) la novela cuenta lo que significa un despido, la reducción de un salario, una hambruna; donde la información genera ruido mediático la novela crea planos narrativos, profundidad, subjetividad, visión de conjunto. Donde las ciencias sociales tradicionales ignoran, la novela inventa la Atlántida. El mundo es complejo, se ha vuelto más complejo, la novela es capaz de enfrentarlo.”
Esta Semana Negra no estaré en Gijón, porque tengo que dedicarme a fondo a una nueva pasión: la puericultura. Y lo siento, porque mañana sábado, a las 21.30 horas, en la carpa de Radio Kras, en un acto que organizan la Editorial Puntos Suspensivos y el Ateneo Obrero de Gijón, dos amigos de neurObsesion (Rara Cofiño y Pablo Pérez) presentarán el libro “50 maneras de ser tu amante”. Los beneficios de la venta de esta publicación se destinarán a la cooperación con el pueblo saharaui, que lleva más de treinta años fuera de su tierra, exiliado en un campo de refugiados en el desierto argelino.
¿Qué mejor forma de superar todas las crisis que siendo amantes? Mucha suerte y larga vida a Rafa y a Pablo, a todos los amantes y a la Semana Negra de Gijón
Tomé "prestado" de neurobsesión...
Ellos ya habían dicho todo lo que yo quisiera...
3 comentarios:
Dos puntualizaciones para la "banda derecha".
- Felicitaciones por el cambio de foto de tu perfil. Estás mucho más atractivo.
- Ahora que los catalanes estamos tan sensibles sería bueno pedir que cada vez que entre en tu blog una persona de esta "nacionalidad" de la misma manera que indican Barcelona, Catalonia, se cambiara la bandera por la senyera.
Sería un detallazo.
Ya sabes que soy muy meticulosa.
Un abrazo.
Maruchi
Gracias por el comentario de la foto...
Creo me ves con buenos ojos...
Con respecto a las banderas será tecnicamente dificil pues es algo que se escapa de mis manos...
Yo, insisto, "ni dios, ni patria, ni rey..." dijo Fernando Arrabal.
Gracias de todas maneras.
Y..."Visca Catalunya..."
Gracias por el comentario de la foto...
Creo me ves con buenos ojos...
Con respecto a las banderas será tecnicamente dificil pues es algo que se escapa de mis manos...
Yo, insisto, "ni dios, ni patria, ni rey..." dijo Fernando Arrabal.
Gracias de todas maneras.
Y..."Visca Catalunya..."
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