El estudio, que publica hoy la revista "NeuroReport", concluye que emplear los términos malsonantes del lenguaje alarga en un 50 por ciento el tiempo que podemos soportar el dolor.
El director de la investigación fue el profesor de Psicología de esta Universidad Richard Stephens, quien explica que tuvo la idea de estudiar esta conexión cuando accidentalmente se golpeó un dedo con un martillo al construir un cobertizo.
Stephens pidió a 64 estudiantes voluntarios que metieran una de sus manos en una cuba con agua helada y que resistieran lo más posible mientras repetían una misma palabrota de su elección.
Después, les pidió que repitieran el experimento, pero esta vez utilizando una palabra común con la que describirían una mesa.
El resultado fue que los estudiantes resistían una media de 2 minutos cuando empleaban términos ofensivos, indecentes o groseros, y una media de un minuto y quince segundos cuando no lo hacían.
El estudio admite que no queda claro el cómo o el por qué de la existencia de este vínculo, pero sugiere que el efecto de reducción de la sensación de dolor tiene que ver con que las palabras gruesas desatan lo que denominan "la reacción natural lucha-huida". (Más)
Y sigue investigando sobre la materia:
Stephens, R. & Umland, C. (In press). Swearing as a response to pain – effect of daily swearing frequency. Accepted 20 September 2011 by Journal of Pain.
Ver anterior:
Terapias de los sentidos: Amanecer musical Vall d´Hebron
Ver también:
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