viernes, 1 de octubre de 2010

Ratón de biblioteca: Los fines de la medicina











Hace unos diez años (noviembre-diciembre 1996), el prestigioso centro de investigación en bioética, The Hastings Center, de Nueva York, convocó a un equipo de estudiosos internacionales con el objetivo de emprender un ambicioso estudio sobre los fines de la medicina. La hipótesis de trabajo que motivaba el encuentro era poco discutible:
el progreso de la ciencia médica y la biotecnología y el aumento de las
necesidades humanas unido a la escasez de recursos para satisfacerlas habían
producido un cambio radical que obligaba a pensar de nuevo si entendemos la medicina en sus justos términos. La concepción tradicional de la medicina y los fines derivados de ella responden a unos retos que no son exactamente los nuestros. La ciencia y la técnica tienen unos límites que hay que ir determinando a medida que las circunstancias en que vivimos se transforman.

Precisamente, porque hoy la ciencia médica es más potente, hay que plantearse seriamente la pregunta de si debe hacer todo lo que técnicamente puede hacer, si el objetivo de recuperar la salud y evitar la muerte no es ya demasiado simple o irreal. Puesto que la condición humana es inseparable de la enfermedad, el dolor, el sufrimiento y, por fin, la muerte, una práctica médica adecuada a dicha condición ha de empezar por aceptar la finitud humana y enseñar o ayudar a vivir en ella.
Los fines de la medicina, el documento que elaboró el grupo de investigadores del Hastings Center, y que ahora traducimos al castellano, es un intento de desmitificar la medicina, a fin de que el ejercicio de la misma constituya efectivamente un progreso para la humanidad. Para ello, será preciso que la medicina se conciba a sí misma como una actividad que está al servicio de todos, lo que implica que ha de enfrentarse a decisiones complejas y difíciles, muchas veces, trágicas. La medicina está al servicio de todos y no sólo de los ricos ni de las enfermedades minoritarias. Ha de estar motivada no por el orgullo
profesional, sino por el beneficio del paciente. Tiene que procurar ser fiel a sí misma y mantenerse como algo viable y sostenible, no dejarse arrastrar por un desarrollo tecnológico imparable.

Destacamos la presencia en el grupo internacional de:

Dr. Diego Gracia
Catedrático de Historia de la Ciencia
Facultad de Medicina
Universidad Complutense de Madrid

Dr. Fernando Lolas
Vicerrector de Asuntos Académicos y Estudiantiles
Universidad de Chile
Santiago, Chile

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Lo edita la Fundación Victor Grifols i Lucas

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