jueves, 30 de agosto de 2012

Samia Yusuf Omar: Fué olímpica. Ahora ni siquiera será ya paralímpica / Un sueño ahogado en patera...

El sueño de la pista de atletismo murió ahogado en el mar. La somalí Samia Yusuf Omar, que participó con su país en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, ya no corre: según el diario italiano Corriere della Sera, murió al intentar completar un desesperado viaje en cayuco, de Libia a Italia, para dejar atrás Somalia, rota por la guerra, sumida en la pobreza y para ella llena de muerte.

El día del desfile inaugural de los Juegos de 2008, Samia, entonces con 17 años, apareció abriéndose al mundo con una sonrisa, rodeada del blanco y el azul de su vestido. Era una doble liberación. La de la mujer y la de la atleta. Como mujer, esos pasos dejaban atrás las amenazas de muerte, los empujones, las armas empleadas como argumentos para que dejara de practicar deporte y se cubriera su cuerpo de velocista en medio de la guerra civil que desangraba su país. Como atleta, esos metros del desfile, el mundo entero mirando, representaban la despedida momentánea del conflicto armado, de las carreteras bloqueadas que impedían los entrenamientos, del padre muerto por un proyectil, del pulso diario por conseguir algo que comer vendiendo fruta.

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Nadie notó su ausencia en Londres 2012. Entonces, su compatriota Abdi Bile, oro en los 1.500 metros en los Mundiales de Roma 1987, afirmó que la joven había desaparecido (se desconoce cuándo, pero se cree que fue alrededor de abril) tratando de llegar a Italia para continuar con su carrera deportiva. Antes habría pasado a Etiopía buscando los consejos de Eshetu Tura, antiguo medallista olímpico, y un tartán con mayor consistencia que los campos agujereados de cráteres por los proyectiles asesinos de su Mogadiscio. Desde ahí habría pasado a Sudán y luego a Libia, arriesgándose al secuestro y la muerte con tal de alcanzar el sueño de Italia. “Quiero que me aplaudan por ganar. Lo prefiero a que me aplaudan por que vean que necesito apoyo pese a que me hizo feliz”, dijo Samia tras su experiencia en Pekín. (Más)

Ver también:

London 2012 Paralympics Games


2 comentarios:

Anónimo dijo...

El titulo que le has puesto da pena, dice mucho de tu persona. Parece que te ries. Vaya blog, menos seriedad imposible.

pharmacoserias dijo...

No debiera publicar (por norma) ni responder anónimos. Es práctica de "decencia" (y buena educación) en las redes sociales "dar la cara" pero,ante lo sinsustancia y simplismo de este comentario, no me resisto...
Añadir que existe un analfabetismo semántico...Ese que lee solo lo que quiere leer sin darse cuenta de lo que lee.
El burgués gentilhombre de Moliere se sorprendía al enterarse de que "hablaba en prosa",
En este caso...es patética la "distorsión mental" del lector que no entiende que este "post" encierra una denuncia a ésta injusta y sucia sociedad que ha llevado a Samia a morir (como tantos otros)en una patera.
Corto y cierro...