Libreria Centro Gabriela Mistral/Santiago de Chile
Raúl Rivera -chileno, pelo blanco, ojos azules- vivió cuatro años en California. Cuando decidió regresar a Chile, una amiga estadounidense le dijo: “Qué susto”. Rivera quedó sin habla. “Es peligroso, tan violento allá”, continuó ella.
En los cuatro años que llevaba viviendo en San Francisco, le habían entrado cuatro veces a robar en su casa. Mientras vivió en Chile, nunca le pasó nada. La idea -el prejuicio- le quedó rondando en la cabeza, hasta que en 2005 lo invitaron a dar una charla a la universidad de Wharton sobre oportunidades de negocios en América Latina y lo aprovechó. “Pensé, qué le puede interesar a esta gente que piensa que somos unos violentos e inestables. Si eso es cierto, mejor que no vengan; pero si no es cierto, es mejor que lo entiendan”.
Desarrolló una charla con la que ha recorrido el mundo predicando el evangelio latinoamericano, y que ahora plasmó en el libro Nuestra hora. Los latinoamericanos en el siglo XXI. Un libro donde hace trizas varios mitos. Cosas que se tienen adentro, que se aprendió a creer, pero que según Rivera son falsas. Pero explican “por qué cuesta tanto aceptar nuestra identidad”.
Mito uno: América Latina es una región pequeña
Mito dos: nuestra economía es insignificante
Mito tres: somos una región de sangrientos dictadores
Mito cuatro: somos una región violenta
Mito cinco: somos una región de narcotraficantes
Mito seis: somos una región de pobres
Mito siete: somos feos
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