"Ha sido a lo que más esfuerzos hemos dedicado". Y ganaron. Así relata la Embajada de EE UU en Guatemala su batalla para que el Gobierno vetara una ley que promovía la eliminación de la patente de los medicamentos. Pero no siempre lo consiguen. Tailandia, más desarrollada, consiguió resistir las presiones combinadas de los diplomáticos y la empresa Merck para fabricar sus propios fármacos antivirales, que necesitaba su programa para dar acceso al creciente número de personas con VIH
La Organización Mundial del Comercio (OMC) permitió, en 2003, que un país con una crisis sanitaria no respete la protección intelectual para un fármaco, y fabrique o importe un genérico. Algunas ONG vieron en esos acuerdos (ADPIC en español) la puerta abierta para una de sus grandes reivindicaciones. Pero no contaron con el contrapeso de la presión estadounidense, siempre velando por sus laboratorios.
Y Rigoberta Menchú que papel juega en esto?
"A la vez, hay una intensa campaña mediática ("public diplomacy Blitzkrieg", la llama el cable). Para reforzarla, se buscan los trapos sucios de los protagonistas. Menchú "posee la franquicia de la compañía mexicana Farmacias Similares, y vende la posibilidad de abrir oficinas por 25.000 dólares en efectivo".
Y Merck...?
Pero, a veces, EE UU no se sale con la suya. Es el caso de Tailandia. "El 29 de noviembre [de 2006], el Ministerio de Salud Pública anunció que se iba a decretar una licencia obligatoria [pérdida de patente] para el efavirenz, una medicina de Merck usada para tratar el VIH". "El ministerio alega el alto precio del fármaco como una barrera para el acceso".Ver todo el artículo de Emilio de Benito/El PAIS 7.2.2011
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