sábado, 19 de febrero de 2011

Terapias de los sentidos: La tarta del tiempo

La evocación de olores y sabores autobiográficos, casi siempre relacionados con los fogones familiares de la infancia, pone en marcha los cinco sentidos y ayuda a reconstruir la memoria de los pacientes de Alzheimer. Es una más de las terapias emergentes no farmacológicas que podrían tener efectos en el desarrollo cognitivo y conductual de estos enfermos.

Marcel Proust lo adelantaba de alguna manera cuando un personaje de Por el camino de Swann moja con parsimonia una magdalena en el té. Ese sabor le transporta a la infancia de forma tan vívida que parece que la habitación de su casa, y hasta la fisonomía completa del pueblo, emergen de la taza. El escritor casi predijo con ese texto memorable la tarea que hoy afana a los expertos en demencias para lograr la reconstrucción del pensamiento rescatando recuerdos del pasado.

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