Siempre he pensado que en todo este revuelo de la gripe A había algo que olía mal. Así lo decía en mi artículo sobre el video de Teresa Forcades. Nuestra monjita en su vídeo aportaba un tinte paranoico y conspiranoico, dejando entrever que el virus era un pretexto para realizar una vacunación obligatoria con el objeto de inocular a la población con un veneno o con otro virus más letal para reducir la población mundial.
Las últimas investigaciones apuntan a que efectivamente algo olía mal, pero es algo más mundano. Corrupción. Dinero. Con esta investigación, creo que el asunto está suficientemente claro y supongo que ya no dará para mucho más.
Durante el transcurso de este año, el parlamento de los Países Bajos abrigaba sospechas sobre el famoso Dr. Osterhaus (el Dr. gripe) y había abierto una investigación por conflicto de intereses y malversación. El profesor Albert Osterhaus es el principal consejero de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la pandemia de gripe H1N1. En un artículo de voltairenet.org, nos le muestran como un experto poco escrupuloso que ha logrado manipular la opinión pública internacional, sobredimensionando el impacto de la gripe H1N1 y enriqueciendo así a los laboratorios que le pagan a él.
Fuera de los Países Bajos y de la prensa de esa nación, sólo unas pocas líneas publicadas en la respetada revista británica Science mencionaron la sensacional investigación sobre los negocios del Dr. Osterhaus. No se cuestionaban ni las referencias de Osterhaus ni sus conocimientos en su especialidad. Lo que se pone en tela de juicio, como señala en un simple despacho la revista Science, es la independencia de su juicio personal en lo tocante a la pandemia de gripe A. Refiriéndose al Dr. Osterhaus, la revista Science publicaba las siguientes líneas en su edición del 16 de octubre de 2009:
En los Países Bajos, durante los 6 últimos meses, era difícil encender la televisión sin ver aparecer al célebre cazador de virus Albert Osterhaus y oírlo hablar de la pandemia de gripe A. Por lo menos, eso es lo que se creía. Osterhaus era el Señor Gripe, el director de un laboratorio internacionalmente conocido en el Centro Médico de la Universidad Erasmo de Rótterdam. Pero su reputación decayó rápidamente la semana pasada luego de la mención de una serie de sospechas sobre su deseo de incentivar el temor sobre una pandemia para favorecer los intereses de su propio laboratorio en la elaboración de nuevas vacunas. En el momento en que Science entraba en prensa, la Segunda Cámara del Parlamento de los Países Bajos anunciaba también que el tema será objeto de un debate urgente.
Tomé "prestado" de La mentira está ahi fuera
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