Cinema Paradiso: MATRIX

No es la píldora del Dr. Hoffmann, que tambien te llevaba a mundos fuera de la realidad cotidiana...era la "pildora roja".


Hace 10 años llegó a las salas de cine una película que se convertiría en fenómeno de culto, fuente de referencias pop de una generación y revolución de efectos especiales. Todo esto comprimido en una historia repleta de acción, pero realmente centrada en una revisión filosófica y con tintes religiosos de la vida contemporánea.

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En Matrix Neo, un programador rebelde que esconde sus invenciones prohibidas en el libro "Simulacro y simulación" del filósofo Jean Baudrillard ­literatura obligada por los hermanos a todo el equipo técnico y los actores que participaron en la cinta­ y que tiene la sensación creciente de que algo no está del todo bien en el mundo en que vive, es sacudido de su realidad con la frase "sigue al conejo blanco".


Así, cual Alicia en el país de las maravillas, Neo se adentra al tomar una píldora roja en un mundo desconocido que, a diferencia del de la niña adorada de Lewis Carroll, es más real que el suyo. Así el héroe descubre, por decisión propia, la verdadera naturaleza del lugar en el que vive. Todo lo que lo ha rodeado es aparente. El mundo, después de una apocalíptica guerra ganada por las máquinas, ha pasado a ser una ilusión en la que los humanos "viven" en un escenario virtual, la Matriz, inconscientes de que en realidad son baterías de carne y hueso que mantienen en funcionamiento el mundo mecánico de los vencedores.

Nerea Dolara EL NACIONAL, Caracas 31 de marzo de 2009













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